VENDIDA
Prisionera en la cápsula de tus luceros, en las esferas candentes me consumo. Mientras el humo se repite de volutas la realidad se parece a tu indiferencia. ¡Qué paradoja verme tan cerca! Así… frente a miles de personas que disfrutan. Las canciones repiquetean sin descanso los ojos de otros muchos brillan de sol, y mi malla amarilla no se distingue en la arena. Muchos frutos cosechan los que buscan, una cena con su amada, entre picadas y juegos. los colores desandan como hormigas, los niños se queman al sol abandonados, y todos van corriendo de la mano al fresco mar. Heladeros, salchicheros gritan sus mercaderías, y tú, sigues haciendo jueguitos al viento marino, mirándome sin verme yo te sigo deseando. Cuando al paso otros ojos me acarician, me pierdo de los tuyos e inconsciente me voy tras de la loca carrera de miradas lascivas. Ojos más ojos y corazón, y osadía, te abandono como a un niño en la carpa. luzco mi malla amarilla