La noche mas larga de medianoche

Eres una sola luciérnaga en la noche plateada de estrellas, dejaste que la noche se duerma sin crecer, y ahora miras con ojos alzados el cielo que ilumina la vida. el misterio esta en lo que crees que ves, en lo que deseas que tenga vida, en una palabra de aliento, un llamado de los astros un aluvión de sueños. Persistes en ser astronauta de tu sentimientos, desandar en tus neuronas, despertando otras que no existen, ya que se fueron perdiendo en el tiempo. Hay madrugadas de sueños, hay sueños en madrugadas, que te llenan de paz y alegría, si lo sabes admitir tu eres ese mensajero inexplorable, que remienda corazones en soledad, la virtud está en tu sentimiento tan fuerte, tan de ti, tan creador de ilusiones, de voces, de versos, de amor y amistad. Un mañana te espera, un hoy te tiene, y el pasado te envío a llenar vacíos, a explorar la vida desde adentro, no dejes que pase el tiempo hazlo ya...  ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Amor inquieto tus ojos brillan son dos luceros, son dos estrellas, me gusta tu alma, tu piel y tu boca, me gusta tu forma de hacerme tú reina, tu traje de aromas, tu voz cadenciosa, tus manos hermosas que rozan mis manos, tu iris que enciendes cuando arde tu sangre, tu mar que es mi arena, la sal que nos quema, misterioso es amarte,tu magia es tu huella, de espuma, de besos, la noche nos cumbre, que dulce momento nuestra noche entera, se acrecienta ahora sobre nuestros cuerpos, la reina del cielo, nuestra luna de agosto. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.

Este soplo que guarda de siglos es el delirio misterioso oculto, rodeado de un halo tempestuoso disparador de sueños antiguos. El momento en un tiempo ya ido extraña coincidencia ajena, encallada en la fractura futura crónica que resiste a ser perdida. Alucinantes luces cuelgan solitarias como racimos de uvas marchitas, como plegadas a su destino indefinido tanto esplendor reclamando niebla. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Rescátame del recuerdo tormentoso, tu cuerpo es la llama que me calma, tus ojos libertad perdida en el tiempo, tus manos en mi piel como dos soles. ¡Siento el palpitar de tu mirada que rodea al corazón que soñándote un beso quiebra sobre tus labios vagabundo de mis noches! aún embriagada entre el otoño de oro rojo. Brisa ligera que se lleva nuestra primavera, dibujando su recuerdo profundo, en un susurro nos une más que antes, en este ardor que duele. Pero duele de tanto agonizar porque no muere, nunca jamás podrán decir las amapolas del silencio que nuestro amor... se marchito solo de frío olvido.  MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI