SOBREVUELAN ALMAS
Plegado tu corazón a mis deseos
te desordeno tus sueños,
ataco con mis fusiles de nubes rojas
Mientras la razón enloquece.
Ambos luchamos sin vencernos
Con esas armas de piel, de celos.
Con besos que se enredan en los ojos
Que se transfieren a los labios.
Los dos estamos abrazados bajo un cielo combativo
que nos secunda sin respetar la sombra,
que en soledad se arrastra en su propio movimiento.
Y así la lucha no frena nuestros deseos
Entre las llamas nos consumimos.
El mar, la tierra y el espacio no nos amparan
estamos solos en esta lucha, agazapados
sin ver, ni sentir, ni escuchar reproches,
estamos fundidos en un horno de pasión.
Estamos más que bien, somos dos llamas
Que unidas en la lucha se pierden en la eternidad.
Como dos cometas que jamás se separaran…
A-M-R
El amor es una lucha permanente, no hay caso en el que no lo sea.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Un poema pasional, entregado y con vocación de eternidad, Rosario...El amor no siempre es así, va evolucionando, se va calmando y adquiriendo paz y consistencia...Muy bello, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño. Feliz domingo, Rosario.
Y así deben de seguir esas cometas para mayor felicidad.
ResponderEliminarAbrazos.
"somos duas chamas
ResponderEliminarQue unidos na luta estão perdidos na eternidade.
Como dois cometas que nunca se separarão."
Muito belo!
Uma boa semana.
Um beijo.
Si alguien tiene la capacidad de desordenarle los sueños al otro, entonces allí hay algo muy especial. Tal vez en esa lucha pasional está el secreto.
ResponderEliminarMuy bueno.
Abrazos.
Quizás sea como dice José... pero espero que no tenga que existir un vencedor y un perdedor. Sé que es mentira, pero prefiero pensarlo :)
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