La noche mas larga de medianoche

Me asomo a tu alma, con mi manojo de poemas, sobrevivir deseo a mi tiempo con mis escritos al viento, sé que es todo para el amor que elegí escribiendo. De las ausencias hice mi ciencia y soporte la inseguridad, hoy voy a despedirme de mi tristeza, valorando mi existencia. Con garra y tesón derrumbare mi ayer, abriré mis ventanas, hoy dejare pasar el sol a mi nuevo ser, y se encenderá un nuevo amanecer. Me vestiré de este otoño suave, colorido, dejare de habitar las sombras, de tantas vigilias y de sueños rotos, la magia despertara con claros matices figurando en mi firmamento, ahora lo siento, soy luz, soy mi siembra. Esta sinfonía, se escuchara recreada por el viento hasta llegar a tu encuentro, será la melodía más humana y amorosa… que deletrearan las estrellas.

En un vuelo nocturno un espejo nos mira, un silencio fecundo son los sueños perdidos. En medio de la noche como un volcán herido, se partió aquel silencio entre brumas de fuego con hastíos de tiempos. Un perro vagabundo que nos muerde rabioso, destronando la luna que amorosa ilumina penumbras insensibles. El tiempo que nos grita con nombre y apellido, un haber que nos queda, un beso que perfuma. Un estar en el centro de aquel rescate bravío, moribundos y débiles nos contemplan algunos. Y se marcha la espera, llega la cruel despedida momentos de recuerdos, que se cambian de acera. Quizás nunca sabremos lo que amarnos pudimos, quizás la luna ardiendo en la piel y en el alma, nos contemple en la hoguera.

Alejaste la sombra que te sigue en la mansa tarde de abril, nada parecía superar tu intolerancia, solo en tu senda sin más luz que esos ojos metalizados que atropellan sin piedad. El día fue celestial, todo era perfecto. En tu solapa brillaba una rosa de cristal como un corazón, como un juego de naipes sin jugador. El trébol que encontré mientras caminaba me lo quede para que acompañara mi mala senda. Te perseguí sin descanso como un ave rapiña, y sobre tu cuerpo revolotee, no podías verme solo en tu soledad, solo tú, y la lejana leyenda de la eternidad. Un camino equivocado, un rumbo distinto marcaste cuando el tiro de la pistola resonó en tu tímpano destruyendo tus oídos. No fue mi culpa, ni la tuya, quizás esa arma fue cargada por algún mal nacido, quizás buscabas un recodo para descansar y ese disparo ocasional fue tu escusa, no lo sé, pero el viento temeroso se oculta de esos ojos, la lluvia al caer fuera de tu cuerpo me da escalofríos. Las estrellas no te guían- ni él sol...

  Intenso fluir Mientras piensa fluye en las colinas donde se sumergen las emociones, donde anida su sentir. La brisa de su alma la calma levantando barreras infundadas, canta, sueña, ríe y respira. Como una fruta madura se contrae sin mirar los pasos desmedidos que la llevan a su destino, sola, en su vivir canta alegres canciones en silencio, inundando el paisaje. De sus ojos desaparece el llanto, estallando en júbilo ha comenzando a soñar, y se pierde entre fantasías de su alma, y recuerda su leyenda en el aire de nubes encapsuladas de zafiros y diamantes. Retrasada, vaga silenciosa buscando aquellos paisajes que ya desertaron de su mente, buscando el silencio que respiraba su tiempo. Se aleja sola y desconectada del ayer. La fuerza vive en ella, y ella en la fuerza.