La noche mas larga de medianoche

Emocionante final… Tú, recreando tus horas de amor en medio de la nada. Yo, desando huir del momento, pero el silencio se prolonga y no sé cómo escapar. Tú, me miras y siento morir en tus ojos negros de fuego que abrazan mi corazón y no puedo resistirme, me ahogo entre lágrimas y recuerdos. Siento tu sentir junto a mi boca, tus manos me atrapan tu boca me elogia besándome, y mi cuerpo desvanece de agonía, mientras el cielo conoce tu fortuna el infierno conoce la mía. Así,  entre miles de estrellas te pertenezco, tú lo haces sentir de esa manera. No dejo de repetir que ya no soy la misma, no lo comprendes, y sigues queriendo hacer de mí tu marioneta, y mi pesadilla, al fin el sueño se aleja despierto helada, pero feliz de no verte.

Buscando siempre entre lluvias claras de estrellas y aureolas. En los arrabales de noches y querellas detrás de la luna que alumbra mi pena buscándote siempre. Perdida la magia sola voy rodando, me aferro a tus besos cautivos de soles así están mis labios deseosos de ellos. Así siento correr tu destino sin ellos abrumada espero caer de mi órbita. Un silencio oscuro trepa por mis carnes el frío se cuela, se mete en los huesos enreja mi vida, me ciñe, me ahoga. y la luz se extingue los ayeres pasan la brisa se escapa mi alma endurece. Un reflejo rojo se extiende en el aire un sueño se parte un alma expira. un lejano viento se lleva la vida ese andar oscuro se torna invisible. La tarde se viste tornándose gris en la oscura hiedra no hay nada de ti. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI      Derechos reservados

Quiere evadirse del silencio tormentoso, pero cruel como un gato sarnoso el tiempo no le permite volar, ni caminar, ni olvidar la oscuridad. Se queda en la torre negra. La sangre se deteriora sobre su cuerpo, el viento la desparrama y solo atina a nombrarla, casi sin voz, es un sollozo entrecortado. La ansiedad en un cumulo misterioso que lo empobrece aún más, y su razón muere, como está haciéndolo su corazón. La brisa sacudida por la compasión cruza sobre su frente un poco de frescura, lo anima, lo revive, lo estimula, logrando hacer que suba sus manos, que tome esa copa rubia, que la beba y sienta es su interior como va entrando la paz a raudales por su cuerpo maltrecho. No vacila, hace lo que siente y cumple con su promesa de morir sin volver a pedir un tiempo más. La recompensa se la lleva el poderoso el solo deja su sangre descompuesta como una pirueta del destino que jugando al tira y afloja le gano la partida. ALESSANDRINI MARIA DEL ROSARIO    DERECHOS RESERVADOS ...

Te retrata esa pintura un instante efímero que envejece tu memoria, y los sueños te abandonan en su niebla irrepetible que fluyen, escalan distancia, También las letras se marchan temblorosas de fatigas. El silencio implacable vaga, sin retorno, sin fronteras su canción de despedida, formando estelas de plata con la brisa se acompaña, sin ningún rumbo se abrazan, titilan las negras sombras que vaciaron tus migajas, esas, que ya no te quedan se fueron tras de la nada.

En las aguas del lago el viento abraza, pregunta tus razones no te perturbes que fluye por tus venas la vida plena. Abril ya está en casa sus hojas esparcidas me lo delatan, sus secretos azules brillan intensos en tu alma tan noble esta la vida, ojeando tus historias. Es otoño chispa encendida, y caricia que emociona. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO.

He pulido un diamante solo sé que es puro. He pulido su piedra cruda que hoy oscureció su brillo. Si el diamante más bello aquel, que es tan preciado vida y fulgor le dieras. Nunca más será tuyo, nunca. Es la piedra eterna siempre, o tan solo piedra como el tiempo...

Con el cuerpo desnudo y el alma blanca que surca horizontes y  pensamientos etéreos, se nubla el silencio y canta la noche azul como un ruiseñor, en su nidal contemporáneo. Con el cuerpo desnudo y alma andante, te busco en las sombras, te nombro en el arte, te escucho, y estas tan cerca de mi gran nostalgia te siente mi alma, que busca constante la tuya. Espejo que brilla junto a tu mirada de ángel, de cielo templado con aguas muy claras, y sueños tan altos, tan firmes, tan nuestros, surcando los aires bravíos  estamos amantes.