LOCOS Y DESEABLES
Tú sabes que no tengo tiempo para escribir cartas. Desde que lo hace mi secretaria, abandone toda escritura, pero hoy soñolienta por este vino delicioso que dejaste en la nevera, deseo hacerte saber mis inquietudes. Soy, fui y seré tan desgastante para contigo que deseo que tu día sea precioso y sutil a pesar de tu abandono no te detesto, simplemente me rondan esas inquietudes tan placenteras que solías hacerme sentir cuando en el bosque de arrayanes ambos tomados de la mano mirábamos pasar esas nubes blancas y puras que desbordaba tantas tibieza y paz. Te recuerdo mi querido poeta que sigo con la misma intención de ayer, tú sabes muy bien de qué se trata, no quiero que esta carta caiga en manos extrañas y luego tu mujer crea cosas que jamás pasaron, y que lamentablemente no se dará. En fin, sabes que tengo muchas ganas de reír contigo y escucharte decir tus locuras de poeta, junto a mis extravagancias de mujer derrochona e ingenua, si ya sabes como soy cuando algo pasa por mi mente