Mujer de la calle te llaman princesa, eres la realeza de la comunidad, suave fresca,dulce como una madraza, que al mundo despiertas y muy de mañana tus amores das. Con suavidad oculta entregas tus dones para que elaboren todo su placer ilusión, euforia, amor, y llegue en un grillo a tu torbellino, de diosa mimosa, de ángel, de mujer con pechos de rosa, como una madraza brota el clamor, tu entrega es constante, total sin mirar a quien, desnudas tus latidos alumbras el camino de un crió, de un niño, que muy pegadito yace muy quieto, como respirando la dulce fragancia de tu miel, se queda azorado, absorto, atado a un costado de tu piel, sintiendo tu cuerpo, tu voz cadenciosa que murmulla cantos para él, y sonríe alegre, al sentirse amado, pues tú le has regalado mucho de lo que nunca le dieran jamás. Madrecita eres, te dicen la puta, pero ese hombrecito, te sintió más pura que el agua bendita. El sintió en tu lecho un calor profundo unas manos suaves, un placer que aún duerme en su piel.