LLEGÓ LA HORA
Llegó la hora, llegó el amanecer silencio y calma rondan en la cascada. A un lado, en el camino, vagas tú solo, sin mí; Sin el desencanto El bosque puro, bajo esta luna brilla como esos bellos pájaros blancos, que sobre hojas doradas duermen. Llegó la hora, aquella que siempre nos da consuelo, de amantes eternos, de oscuras piedras. Como rosas y agua. Somos almas vacías; cuando el amor se va. Oigo el silencio; arriba el ruiseñor canta sobre hojas triste, mi almita llora... No morirá porque es fuerte y espera tu llegada. Se percibe en el aire tus secretos ocultos; Lo míos vuelan Crujen, ya estás hambrientos. Mi flor se abre y los capullos vibran; se hace la luz, de cuerpos y almas. Alessandrini María Del Rosario