CANCIÓN DE CUNA EN EL RÍO
Una mañana de enero dejé mi canoa libre para que descansen sus leños, no comprendí que mi niño quería salir en ella, y me fui cantando una nota descansada en mis latidos. Al llegar a la casa donde mis otros niños jugaban noté que Julio en mi mano ya no se sujetaba, regresé de prisa al río creyendo que estaba jugando en ese entorno tan bello. No encontré, ni al niño ni a la canoa y mis lágrimas asomaron. Un frío heló mi sangre, coaguló en mi su río. Corrí sola en la ribera gritando el nombre de mi hijo, pero nadie respondía y el agua se fue calmando. De pronto escuché un sonido que la brisa me traía, cantos, risas y jolgorios, sirenas nadando a prisa, vi como el río danzaba con sus gotitas de agua al costado de la barca. Muchos peces saltarines, una anguila, y las sirenas más bellas con sus colas largas aplaudían, juegos que unos delfines para mi niño mostraban. Danza la mujer del río, rompe los hechizos y mi llanto se aquieta, mi esperanza crece y mi voz se duerme, colibríes ...