EL ROSTRO DE UN ÁNGEL
Una
mariposa blanca revoloteaba en tu ventana, me pareció que veía un ángel
acompañando tus sueños.
Me
detuve junto a las flores rojas que tanto amas para poder escuchar el susurro
del viento en el acompañamiento de las alas blancas que danzaban sin cesar,
como en otra dimensión.
Tu
postigo se abrió repentinamente, tus manos festejaban ese movimiento con señas
y palmas. La mariposa voló junto a ti, y
quedo prendida de ellas, vi tus ojos verdes parpadear cariñosamente de alegría
La campana
de la esperanza surcaba el aire repitiendo versos musicales, al ver tan bellas imágenes
reproducirse en tus ojos.
En tu
mirada podía ver tus sueños cumplidos,
la realidad se veía tan bella que mi corazón sufrió un estremecimiento de
alegría inconmensurable.
Entre a
la casa.
Me
llene de sensaciones mágicas, y camine a tu encuentro, tu rostro de niña
brillaba llena de luz, en mi corazón se instalo la dicha de ver que el cielo entendía de aquello que
deseabas, brindándote mi niña, un día de
eterna luz… ya que al parpadear pudiste ver el rostro de un ángel.
Bellamente lírico y angelical. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola Rosario.
ResponderEliminarMariposas, ángeles, todos revolotean alrededor de la belleza del alma.
Te deseo una buena semana
Un abrazo
Ambar.
Muy tierno!!!
ResponderEliminarMuy bello querida! unas imágenes angelicales!
ResponderEliminarcaptas la pureza con maestría.
Abrazos.
Me encanta.
ResponderEliminarLos àngeles existen, y cada uno tenemos uno.
Un abrazo.