DESPUÉS
Aquel adiós fue el fin más desgarrador de nuestras vidas, no
sabría explicar porque lastimó tanto ese surco que abrieron nuestras lágrimas,
triturando el silencio, perforando el corazón que aún latiendo se apagó,
languideciendo entre besos y caricias.
Fuimos aquellos jovenzuelos apasionados, llenos de
esperanza, de vida, de ilusiones.
Hoy vencidos como aquel árbol que nos cobijo en los mejores
tiempos de sueños y amor, estamos en la senda transitada, la misma que nos
anuncio el fin, evaporando todo, disfrazando el destino de espinas en la piel
profundamente, invadiendo tu cuerpo y el
mío.
Solo sombras acampan en los recuerdos, naufragando sin un
perfil definido de aquel ayer aguerrido.
Muy bello cielo
ResponderEliminarun beso
UN RECUERDO MUY BELLO.
ResponderEliminarBESOS
Que sentimiento de pèrdida.
ResponderEliminarPero no hay que rendirse.
Bello poema.
Un abrazo.
Nunca estamos preparados para desprendernos, así sepamos que hemos dado lo mejor de nosotros, es cerrar un ciclo y eso trae mucha tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo
El recuerdo aquel que, de vez en cuando, nos empapa de nostalgia y, al que volvemos, a veces, demasiado a menudo.
ResponderEliminarBesos
Lo que fuimos y ya no somos...la vida va pasando y marcándonos con nuevos fantasmas. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarRosario,duele la ausencia cuando el sentimiento ha llenado nuestra vida de sentido y de magia...No obstante debe prevalecer el recuerdo del amor,de la intensidad sublime por encima del dolor de la pérdida,porque conseguiremos eternizarlo en el tiempo.El dolor poco a poco desaparece,pero el sentimiento perdura en el alma.
ResponderEliminarMi gratitud por compatir y mi abrazo grande,amiga.
M.Jesús