YUPI
Sin la magia de las palabras
no sabríamos caminar por la vida, sin imaginación y sentido común seriamos
incomprendidos.
Hay un
sueño en el alma que aún requiere más
tiempo, para soñar un mundo donde los duendes, princesas y seres comunes se
entiendan.
En los
bosques y mares existen millones de seres diferentes que conviven en ese bello
mundo salado y azul.
Allí
justamente se encuentra un pequeño duende que de día duerme, y por las noches
sale hacer sus cosillas asustando a quien camina en las sombras más hermosas y
cálidas del bosque.
Se llama
yupi, es pequeño y atrevido. Un día paseando por allí me tropecé con una rama y
caí sobre hojas de diferentes colores, húmedas,
transparentes y deliciosas. Me asuste
y al gritar el pequeño yupi asomo su carita, y mirándome se reía... su
risa sonaba como el canto de un pájaro, era un ser tan pequeño casi ni se veía.
Me quede quieta esperando se acercara a mí, creo que él se sintió descubierto y
huyo rápidamente entre los arbustos.
Me levante
lentamente trate de localizarlo llamándolo yupi, yupi, ese nombre justamente se
lo elegí cuando lo divise y estaba atrapada entre las hojas, suelo ser muy
imaginativa en circunstancias adversas, por esa misma razón lo llame por ese nombre
pero no apareció. Sola de regreso me reía de mi misma, quien me va a crear
tamaña aventura. De pronto allí estaba yupi, el pícaro salto a mi hombro así de
pronto, y me rozo los labios luego desapareció y no volví a verlo.
Hoy, 150
años después veo a muchos yupis por el mundo, solo que estos no son pequeños
pero si atrevidos.
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