Aquella tarde primaveral te vi llegar con tu atuendo de hombre pasional, de mirarte, me enamore de tu andar, tu figura robusta, tu caminar, nadie imagina cuánto deseo despertó, tú presencia, tu estilo, tu estampa de hombre sensual. Sin razón, sin objeción, en tus brazos caí, en tu regazo como una flor me deshoje, en esos ojos negros me vi desfallecer, en tu piel canela, ardiente me cobije. La pasión desbordó liberada, y fuimos ambos fósforos en la rivera de la música. El amor junto al deseo despertó, por un sendero apasionado nos llevo. A la hora de la luna se presentó el descontrol, y entre las hojas de su luz, pintamos su belleza de ardiente fuego, naciendo en poesía... A-M-R
El poeta perdido escribe con su alma que no descansa
ResponderEliminares por eso que me gusta tu espacio
un beso
no sé si has visto mi otro comentario
ResponderEliminarsolo quería decirte que el poeta perdido tiene su alma tierna y llena para relgarnos lo que tu escirbes
es por eso que me gusta tu espacio
Hola qué bueno pasar y encontrarme con tan bella poesía!! He estado leyendo varios de tus poemas y la verdad me han encantado por su especial frescura.
ResponderEliminarGracias por tu amable comentario en la parroquia y espero seguir visitándote en adelante.
Bendiciones en prosa
Buen ramalazo de inspiracion
ResponderEliminaresta muy bello el poema , gracias porcompartirlo un beso
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