Aquella tarde primaveral te vi llegar con tu atuendo de hombre pasional, de mirarte, me enamore de tu andar, tu figura robusta, tu caminar, nadie imagina cuánto deseo despertó, tú presencia, tu estilo, tu estampa de hombre sensual. Sin razón, sin objeción, en tus brazos caí, en tu regazo como una flor me deshoje, en esos ojos negros me vi desfallecer, en tu piel canela, ardiente me cobije. La pasión desbordó liberada, y fuimos ambos fósforos en la rivera de la música. El amor junto al deseo despertó, por un sendero apasionado nos llevo. A la hora de la luna se presentó el descontrol, y entre las hojas de su luz, pintamos su belleza de ardiente fuego, naciendo en poesía... A-M-R
Cuerpo alma y corazón, alianza completa.
ResponderEliminarAbrazos desde España Alessandrini.
Hermosa alianza para llevar siempre consigo...veo que has podido publicar, yo siempre veo tus publicaciones, recuerda para actualizar cambiar la hora, o actualizar directamente.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche.
Belissimo poema!
ResponderEliminarNão esqueças que os voos ousados são sempre os que mais nos fascinam!...
Un abrazo!
Maravillosa forma de ver la vida, trilogía perfecta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Entendimiento y respeto, tan primordial para que el alma vuele libre y nunca se hiera, junto con el corazón y el cuerpo para sentirse en paz, sobre todo en estos tiempos que vivimos.
ResponderEliminarEncantadora tu poesía.
Te dejo un cálido abrazo.
Una alianza encantadora y tus letras muy bonitas. Beso
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