Delirio,
la tierra caliente,
el mar que fluye
sin sondas.
Sangran las algas,
los peces con sus moños
de seda negra
nadan salpicando
el desayuno
del ballenato.
Ternura
acumulada en la piel
del desdentado hombre
de papel que viaja
solo y sonriente,
por ese túnel de la muerte.
Explosión sideral
en movimiento,
aguas frías, aguas claras,
el viento sus velas aleja
de la orilla.
Se marcha ya, fundido con el cielo,
anudado a su crucero de algas,
de sol y lunas trasnochadas.
Feliz de ver que has solucionado tus problemas del blog.
ResponderEliminarEl poema es hermoso. Evoca muy bien el mar en eterno movimiento.
Un abrazo
Hola Rosario.
ResponderEliminarParece que todo vuelve a su normalidad, son esos cambios, parece que no tienen otra cosa que hacer.
Hermoso tu poema.
Un abrazo.
AMBAR.
Una verdadera "explosión" de belleza!
ResponderEliminarCariños.
Ir y venír.Recurrentemente.Como las mareas.Como los días...
ResponderEliminarUn abrazo