La noche mas larga de medianoche

Lo dice el árbol en sus raíces lo canta el jilguero al atardecer lo muestran las nubes en su ropaje, hay que saber comprender. El leñador no sabe su camino deja el machete sobre una flor, el desolado nada comprende solo ve su triste situación. Si al mundo le sacamos su rumbo cuál será el que correrá con su voz, quienes pondrán un nido entre los juncos a qué montaña iremos a llorar. Se cuecen habas y otras yerbas solo el ingrato nada percibe en la luz, es tan oscura su noción de vida es tan cruel en su aspiración. Volvamos a soñar con una margarita deshojando entre los dedos del amor dejemos el martillo y la guillotina marchemos a construir un mundo mejor. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.

En la penumbra que se retira pronta, la luz brota se eleva tu alma. Está a oscuras como lo está la noche. nada es más frío que despertar hambriento luego de un tiempo allí en el olvido. Si fueras ángel serias estela desparramando humos detrás del viento, remolinos y tiempos. En la esquina en penumbras se te olvido danzar murió la música, y luego nació el espacio dejando violines de amiantos. Al despertar del sueño fuiste esclavo y mensajero al dormir tantos años nadie recuerda tu canto, ni tu voz se escucha, son tantos ojos, y tantos miedos que ejecutan tu nombre en la penumbra… Pasó  el tiempo de oscuridad la vida te nombro, rompe  tus cadenas roídas elevo tu saber. Desaparecida la penumbra que te asistía, ¡todo fue luz! Alessandrini María del Rosario

OJOS DE NÁCAR Me reflejo en el mirlo en la miel de sus ojos, un ruiseñor airoso me repite su canto y voy entre ese coro de ojos y destellos, de sueños y miradas de lunas armoniosas, que ilumina la noche con gotas de rocío. Sublime y celestial cuajadas nubes asoman la lluvia se aproxima con locas esperanzas, entre la brisa estéril. Mientras el limbo espera las rosas nacaradas, un sueño se hace eco la verdad no lastima. Y así el cielo se puebla de tantas amapolas colores de ensueños palpitan en la luna. Que redonda se asoma con sus ojos de nácar, a iluminar senderos mientras besa su mar. Alessandrini María del Rosario

La nube se bebía el néctar de tus ojos  mientras tu sonreías, el viento al pasar descubrió ese hurto, se detuvo al instante, quería detener tus cristales de vida. El cielo encapotado disolvió su  sábana un destello azulado, surgió de sus entrañas a salvar tus pestañas que el viento se llevaba.  Dos fuerzas naturales encontradas en tu dulce sonrisa de plata, en tus ojos tan bello amenazados por el tiempo encubierto... Alessandrini María del Rosario

Arde el fuego de tu boca, vibra, seduce tu mirada, estremecida late mi piel, en un edén fortificado de frutos amorosos. Paraíso de mis sueños, raíz de esa ternura incomparable que me acosa. Me pliego en la hondura de tu risa poderosa, que inunda mi alma de luz, mis sentidos de sonidos. Mi piel se quema de amor en este amanecer infinito. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Frente a este mundo que palpita emocionado, aunque su palpitar sea mundano hay mucha sensación y así se esparce, moviendo vientos saludables e ironías que se parten. En su andar de lujo ironiza mientras el pan economiza, un mundo oscuro, con sol y luna rodeados de auroras, de mares y ríos caudalosos no alcanzan,  ya que el hambre tritura la razón del hombre más fuerte. La debilidad de la esperanza que no pasa, se arrastra apresura su nostalgia, de días añejos en la distancia, de aquellos días saludables... Como un remolino  enloquecido va sobre otros mundos a despojar flores de colores evocando una oración que nadie entiende ni respeta. Alessandrini María Del Rosario

Todo el carretel corre desandando el sendero, recorre buscando su cielo, buscando su destino de hilo. El carrusel avanza solitario Micaela no deseaba subir Susana lloraba en el armario mientras su mama sufría Sola y triste Rosana se fue  el camino a su casa fue corto, la esperaban en la puerta sus ojos azules brillaban. Sufría la desesperanza  triste al dejar a sus amigas enojadas, comprendía que la niñez se perdía la ilusión de seguir jugando. No podía dormir solo meditaba comprendiendo su error en silencio se levantó de un salto y corrió en busca de sus amigas más queridas. Sin palabras las tres se abrazaron con la alegría del cariño tan vivo, decidieron jamás volver a pelear y juntas se fueron a mirar la luna. a contarle lo bien que se sentían lo bien que se complementaban todo lo que se querían, y respetaban y que jamás nunca se separarían. Así juntas y cantado se fueron separando cada cual regresó a su hogar, sabiendo que nada las separaría jamás,

Va despoblando el tiempo que no perdona acariciando leve el corazón, con ese caparazón que late y late todo es un torrente de emoción. Seca la piel del cuerpo, suave su alma solo entre latidos del corazón, todo se va perdiendo entre las fibras pero el alma sabe de otro aluvión. Late que late con energía, y con valor sabe que le responden todos a favor, es una sinfonía suave, bien apreciada por eso nada importa más que el amor. Cada instrumento fino de ese cuerpo respira solamente una ecuación, que desde su esencia es todo fuego, para sentir la vida toda pasión... Alessandrini María del Rosario