TEMPESTAD
El silencio broto del lago como un suspiro, desato un remolino de nostalgias y sinsabores. Fue un torbellino de recuerdos, un trueno en medio del océano, un recurrente dolor en la carne como en el alma. Emergió solo de ese laberinto, busco una salida, un recodo para dejar fuera su soledad, solo encontró más grises, y más sordidos recuerdos. Corrió el telón de su destino, junto los retazos del ayer en pequeñas pinceladas lo aisló, volteó su rostro en la neblina despejada de azules. Y encontró solo el silbido del viento que le traía en sus alas el nombre de su amada. "Tempestad".