La noche mas larga de medianoche

Estas ahí entre los fuegos del ayer... relampagueando buscando tu tormenta para iniciar tu despedida. Estas ahí solamente fríamente... sin mí

Acuarelas redondas que fluyen desde su núcleo, desandando huellas marcando destinos, desafiando con sus múltiples colores, dibujando el cuadro más sabio, más bello, una navidad cuajada de sueños y felicidad. Aquel que todos merecemos y esperamos que brote sobre nuestros hogares, llenándonos de paz y armonía celestial una hada madrina suspira cuando aparece ese bello fulgor, es la estrella de David, para los que esperan su llegada. Beberemos racimos de claras y doradas uvas, la miel, el licor que más suave, más dulce y frutado nos regala Dios con su arcoíris nos pinta las flores, los brotes, la aurora, el mar, sus criaturas, los ríos, montañas y mucho más. Beberemos las dulzuras con todos los sedientos, lo nuestro, lo tuyo, parte del pan que Jesús, en el desierto compartió, seremos solidarios con nuestras acuarelas, y este arcoíris, que bendito y diáfano se cuelga sonriente del árbol de la vida. Felices fiestas para todos... que Dios los bendiga....

Cuando el amor se aleja, y en otros caminos se detiene, bebe de su placer… y ríe mientras estás agonizando, ese amor tan amado, te destroza sin contemplación. Cuando el amor se va, esos caminos que recorre ya no será de tu mano, otra boca y otras manos entrelazadas le mostraran un sendero nuevo, mientras tu corazón se rompe en mil pedazos. Agonizas de amor, mueres día a día viendo tu destino caer. El adiós tiene que surgir, tiene que llegar para que tu corazón deba comprender que ya no está más, de lo contrario, nada podrá salvarte del infierno, del odio, del rencor, del dolor, la pena ira calando profundamente, te convertirás en un desecho de persona, sin descanso por las noches en soledad, sin paz en tu corazón angustiado. Exhausta, cayendo entre juncos y extrañas manos perderás la razón… vagando en los amaneceres con el corazón colmado de tristeza. Allí, en la blancura de tantas nubes, cegada en llanto, con fuego en las manos, sedienta de venganza. En lenta agonía… desataras l...

Romántica creación en tu cuaderno de tarea, escribes versos donde florece la primavera. La luna está pintada y hay nubes somnolientas que te cantan lluvia. Todo está calculado, eres una ráfaga silenciosa que enseña y predica con sus deberes. El cauce del río sediento atraviesa tu cuaderno de punta a punta. Y tu mar está en la solapa derramando celestial belleza, hay luz en tus caminos, en tus hojas hay un sendero, en medio de tu papeleo te leo un poema de amor. Que me recuerda los años de mi primer cuaderno, que se perdió tristemente en medio del olvido juvenil. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Cada día que pasa una estrella se oscurece,   una flor desaparece con la llegada del sol   se enmudece y cristaliza el viento en la sima,   el sol canta, y su voz devora al tiempo. Cuando amanece, llega el canto del gallo   y su nidal se despierta saludando al sol.   Cuando la noche se perfila desandando   los soleados momentos de este día azul,   es que las estrellas ríen felices, el rey se durmió. Sale entonces doña luna con su voz madura   y su piel de durazno y clavel, a pasear en la línea   del tren que parte radiante de luz y belleza. Y desparrama su miel sobre todo el andén, y   se produce un murmullo arrullador, un sonido   que se nutre de amor, es la luna coqueta y audaz   que juega en la plaza, donde están los enamorados. los que sueñan despiertos, los que tienen ternura.   Los que niños aún... son rosando a ser mayor,   luego regresa a...

Ella está cansada   de comer duraznos indigestos,   cansada de hacer fiestas locas   muy cansada…   De escuchar ruidos sin música,   de soñar con violines. Quizás podría recuperar   Aún… La cordura desquiciada del ser   que sale directo al mundo. Pero no puede hacerlo,   no puede, no, ni sabe. Son tantas amargas letanías;   en su sofá de nubes se ve…   Demasiada vacía   de besos y compañía. Tan cansada va,   que se tira de su cama   en busca de la loza oscura. Ya no quiere más de nada…   Solo descansar de su agonía,   a la orilla de su desventura,   de su crueldad para con ella. Grita y se descompone   sobre el muro helado   para calmar su locura. Quiere salir de la tempestad,   de la noche eterna que la hiere,   grita... basta, basta… No sabe es...

Purpura tu boca   tu alma roja carmesí. Tu vestido de plumas   tus enaguas de algodón   se entremezclan   con el estallido   de tu corazón… En tu rugir de mil tormentas   está la esfera   que ilumina tu sur. Tu espada de hierro candente   tus ojos pardos   y el mar a lo lejos   que se insinúa voraz… Como ese grito audaz   que de tu garganta nace   y muere, cuando parte el sol…   mientras entra la noche. Y se adueña de los sueños   borrando la realidad que creemos   batiendo palmas existencial… Alessandrini María del Rosario