La noche mas larga de medianoche

Despertar en movimientos nocturnos, en aleteos de sueños profundos, permitiendo el roce de la vida llegar con un suspiro saber que aún estas. Descalabrada la noche se aleja vacía, su espectro se marcho tras el horizonte, será una tregua quizás, hasta mañana cuando las primeras sombras atrapen. La nocturna noche se hará presente con sus fantasmas y prole crecientes, sus caricias, sus susurros nos dormirán drogados de éxtasis, y de sueños vital. Andaremos sendas nunca recorridas, lugares extraños, personas diferentes, buscaremos asirnos al nuevo día que cae con los ojos tardíos de rosas y espinas. Tardaremos una eternidad salir airosos sin perder el control saludable al despertar, nuestros párpados temblando de ansiedad buscaran succionar la luz primera del amanecer. El esplendor de día será nuestra salvación, la claridad se prenderá como racimos de perlas, veremos el amanecer con su fantástica hermosura Volveremos una vez más a ser vida que sueña. .

Melancolías contra ayeres   contra mareas. Todavía me miran tus ojos de cristales. Escalando voy a tu encuentro éntra la luna por mis lágrimas, deslizándose suavemente llega a tus ojos. Mil pañuelos blancos revolotean sobre tu rostro junto a tus venas. Me ves reír, me ves llorar, la alegría es nuestra, el sabor de la esperanza nos rodea. Inquebrantable hechizo de amantes clandestinos, entrega noble   duplicándonos de vida.

Cuando anochece, hay risas de alcoba, capullos en flor que rugen, alojando ardientes su néctar. Trasparente se acomoda en mi cama esa luz desatada. Desvanecidos labios suplican besos húmedos. El viento flota a la deriva, dos almas se entremezclan como dos gotas perdidas en un mar turbulento. Llega la calma sin estar permitida, se interna entre el alba, el roció. Entre tú y mi almohada, flotan aromas y brillos. Se avecina el cristal matutino, viene seguro a su nidal. ¡Tú que miras! Yo que beso, tú que amas, entrelazados sube el fuego

Voy devorando el camino de tu luz, por la región de tu alma se enreda mi codicia de ti. Desnuda camino a tu conquista la naturaleza me acompaña llenando mis caminos de luz. Mis sueños recorren tus ojos, tu boca, tu silencio, tu planeta. Zumban como avispas mis canciones dedicadas a tu sombra. Errante y desandando tiempo mi voz te llama temerosa, cerrando mis ojos estalla mi llanto, tu nombre se hace purpura de rosa.

Incesante te busca mi anhelo por corrientes marinas de cielos, por el vasto mirar de una estrella sin consuelo te nombro mi cielo. Ah pasado el tiempo dormido entre juncos de cuerpos vacios, muy lejano, muy perdida te sigo al confín del silencio así adentro. Sollozando las flores se mecen al compas del recuerdo vivido, la nostalgia te abre el camino y sonriente se cuela este río. Yo entorno mis ojos llorosos, y a lo lejos te veo en mi espejo solitario vagando los mundos, entre copos de nubes amigas. Son tus ojos almendras doradas que me fijan con destellos azules, habitándome desde siempre en el trémulo amor comprendido.

El amor se bambolea en su marea jugando con su presente esta de oído, cambia al despertar, su sueño es de cristal al deshacer su moño rosa esta allí a la vera. Juntando pedacitos, recuerdos, sensaciones besos furtivos, manos trémulas de cicatrices, emociones que se repiten al bajar el telón, sueños compartidos   que se apartaron si razón. Navega en una ola contenido en una vela qué al zarpar se fue deshilachando con crueldad, las aguas cristalinas contiene su dolor y soledad le danzan alrededor bajo sus colores de azul ocre. Allí siente que la tormenta de su amor esta en ruinas, dejándolo solo en la inmensidad del cielo y la gaviota, resume su existir como un reptil en   exterminio se siente preso de su vergüenza, aúlla su lobo dormido. No sabe aún que hacer en ese mar coagulado de turbulencias, se estrella eufórico sobre la cubierta vacía de existencia.

Hace mucho tiempo que no te veo mar, el tiempo inexorable se rebela contra mi necesidad, y   extraño   tu canto, tu color,   extraño   el ritmo   emocionante   de tus olas al pegar en el murallón, el trinar de las gaviotas, la puesta del sol luego de un día disfrutando tu belleza, la luna soñadora besando con su   luz   tus aguas tranquilas en el anochecer, quiero verte mi querido mar, deletrear tu sonido con mi andar por tu playa, poblada de minúsculos insectos y envalentonados caracoles, quiero pisar tu arena de fuego, descalza sentir tu calor acariciarme , correr sobre tus pequeñas olas, sentir el frió de tu profundidad cuando sales a la superficie a pasear con tus   olitas   sobre las costas, ver tus lobos marinos   retozar , escuchar el ronroneo en el puerto cuando algún barco pescador llega cargado de   tus frutos   , cuanto deseo nadar, jugar, sentir tu arena rosarme el cuerpo , y que una ola   juguetona   me abrace, me eleve y me lance en picada sobre sus crestas. Allí estaré p