VAGABUNDA
Vagabunda
La vio partir con su sombrero rojo,
su cabellera recogida sobre la nuca
parecía una sombra de sauce viejo,
una luz que se perdía así a lo lejos.
su cabellera recogida sobre la nuca
parecía una sombra de sauce viejo,
una luz que se perdía así a lo lejos.
De sus ojos azules lágrimas
corrieron
mudo, sin voz, sin movimientos alguno
la dejo llevarse todos sus recuerdos,
se quedó entre sombras del aguacero.
mudo, sin voz, sin movimientos alguno
la dejo llevarse todos sus recuerdos,
se quedó entre sombras del aguacero.
Se sentó en el hueco de aquel
diluvio,
sus manos se llenaron de polvo y viento,
su cuerpo maltrecho se fue quedando,
y aquel cielo no cesaba de tanto llanto.
sus manos se llenaron de polvo y viento,
su cuerpo maltrecho se fue quedando,
y aquel cielo no cesaba de tanto llanto.
Recordó de repente que él estaba
ausente
que una mañana gris se fue de la vida,
sin saber cómo dejo su sombra al tiempo.
que una mañana gris se fue de la vida,
sin saber cómo dejo su sombra al tiempo.
Desde esa instancia la ve
marcharse
y comprende que ella lo está buscando,
que vagabunda sueña aquel paisaje.
y comprende que ella lo está buscando,
que vagabunda sueña aquel paisaje.
(medianoche 2010)
María del Rosario Alessandrini
María del Rosario Alessandrini
Una larga travesia con la nostalgia de una ausencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un poema precioso donde se lucen los paisajes nostálgicos de una despedida. Me este verso: la dejó llevarse todos sus recuerdos.
ResponderEliminarUn gusto la lectura M. del Rosario.
Un abrazo.
Así hay despedidas
ResponderEliminarque destilan eternas chorros de agua salada...
Algunos versos me han resultado maravillosos, muy logrados. Sentarse en el hueco del diluvio es la metáfora precisa para la nostalgia que encierra. La ausencia es así.
ResponderEliminarSaludos.
Está lleno de una tristeza matizada que cruza todas las estrofas y se esconde en cada verso. Me parece una delicia de poema por la belleza de los sentimientos que expresa. Un abrazo. Franziska
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