La noche mas larga de medianoche

Este viaje de días completos ha curtido mí alma apagada, los disfraces de la soledad se extinguieron en vuelo. Apenas un jirón transita absorto de añoranzas idas, mientras la lucha envejece las hojas caen soñadoras, entre el estanque, rojo follaje armónico horizonte de oro. Pintura de Julio Ducuron. Sacado de internet. Autor: Alessandrini María del Rosario.

El cuerpo se torna fino y transparente, su fatiga embolsa años de energía y vacilación. Se escurre su piel reacia al ayer te torna visible su invierno. El tiempo se asila en su dermis y va cautivando su sediento ardor, mientras caen los velos en la intemperie, late un corazón desnudo ante Dios.

Dificultades surgen la meta no se cumple, los días pasan dañando las preguntas. Incoherencias nada se contempla, no hay elevadores que partan sin sonidos. La noche se oculta el cielo estrellado deja destellos, en las flores del patio. Mientras el elevador gira redondo y sus giros elevan, sus antenas de plata. Las flores se estremecen la tierra se ilumina, se huele la partida. Ellos viajan a un mundo desconocido... Se duerme sin sueño el ángel blanco que persigue una flor, un tiempo entre humanos deseos creados y el… Creados para él que esta caído en medio de la noche bajo la luna que brilla roja llena de amor. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO.

No sé, si me amas tu silencio es una herida abierta bajando lenta en la rama de mi alma. No sé, si te amo no sé, que me grita el corazón que dormido borbotea silencioso. Deseo tanto acariciarte, besar tu boca bajo las estrellas que brillan, acariciar tu piel de luna. Hoy lo nuestro es un azul de ensueño más ágil, que frágil más entero, que desesperado hoy está poblado de diamantes...

Una copa de más es un vuelto una expresión de amor es un recuerdo, quizás la copa Y el amor son dos en uno que se laceran se estimulan se omiten y se buscan entre las volutas del humo transparente, quizás ni eso sea quizás es un reflejo de un cuerpo que espera, de un corazón sin latidos o al revés… sus latidos dicen y replican y se mezclan con la verdad de la copa y el amor.

Mientras la luz se fundía  la noche oscura con su agonía de luces  hablaba de sueños musitando palabras  en el silencio profundo de la muerte. Sobre el campo estéril agonizaban las flores y los pájaros, los hombres y las bestias, el mundo terminaba su existencia materialista. Los sueños difundían mil plegarias, escapaban fantasmas enloquecidos buscando despertar al cielo herido. Mientras las cosas transcurrían las horas detenidas no gritaban, cubrían en silencio la agonía de aquellos inocentes que vivían comprendiendo que todo terminaba. Sin causas su inocencia probarían  ante Dios que ya todo lo sabia. así los sueños se fundieron en tiempos detenidos, al llegar la mañana se alejaron  dejando al hombre solo con su pena, con su culpa, con su llanto y su tormento... .

Mañana veré la hiedra crecer desempolvar sus tallos Y su lenguaje resaltar. Mañana en realidad, rendiré ese examen que hace un tiempo deje confeccionado de túnica, y de flores para guardar mis sinfonías mis noches de alegría. Como una ayuda memoria encarcelare mis négatividad así allí oculta, no verla más. Que nazca mi sentido popular mi gran sentido humorístico, aquel que mi juventud voto al momento de ser adulta. Hoy, estoy dispuesta a volar con las alas de la madures, con el suspiro que brota emocionado, al comprender que recupero Aquella vida de ayer… y de hoy.

Vagabundo tu sueño me despierta mientras los míos se acurrucan inquietos balbucean felinas preguntas al compás del vértigo presente. No hay miradas ni flores servidas ni manteles que una mesa presenten los rincones se tornan furiosos cuando emergen del lago tus voces. Hay un rí o que pasa sembrando raíces un gorrión que descubre tus ojos mientras quiebra la noche el relámpago un suspiro percibe mi oído. Una señal que me habla de lobos de presencias que quieren herirme y sonríe la noche en mis sueños y es tu boca que besa mi cuerpo, son tus manos inquietas que toman las mías es tu cuerpo que rosa mi piel aturdida, y despierto fundida en tu orilla junto al fresco roció que abraza los cuerpos. Perlado de pasión y de frío…