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Mi piel vacía
Clama por tu piel. La oscuridad te nombra El silencio pregunta. Te siento de día, y Como la niebla te escondes. Los sueños me invitan Persiguiendo mis gritos de dulcinea infiel. Dibujo tu boca sobre la mía, Tu silueta, tu piel. Y la tarde se enreda en el sol Te pienso fuego. Rojo intenso, rojos labios arden Jugueteando sin prisas en mi boca. Insaciables bebemos El licor del ayer que nos seduce. No hay fronteras imposibles de atravesar Si hay sueños posibles. Suspendidos en la senda a transitar De tu mano voy, Jugando entre las flores del jardín donde Se duerme el tiempo . |
LA NOCHE CUBRE CON SU MANTO EL MUNDO DE COLORES PARA VESTIR DESPUÉS DE AZUL CADA AMANECER QUE FLORECE LLENÁNDONOS DE VIDA.
martes, 25 de junio de 2013
SE DUERME EL TIEMPO
martes, 11 de junio de 2013
PARTIDA
Sopla el viento tú me nombras, y el ave se arroja de su nido despavorida, las lágrimas del cielo caen rodando con alas que las nubes le cedieron.
Hay un tumulto en la montaña, una danza ha comenzado en las alturas, crujen las hojas otoñales, y los pasos se escuchan claros.
Siento tu risa, tu voz grave, tu desdén que desciende sin importar que los pájaros caigan estremecidos.
En que te has convertido si del hombre nada queda, serás quizás un oso, un mono o un sediento animal que busca agua.
No puedo llamarte de otra manera me dejaste colgada en la palmera, alejándote reías y tu risa laceraba mis heridas.
Hoy que siento y deseo mi venganza, me sobrevuela la nostalgia aterida en mis pesares. No quiero verte convertido en un demente y huyo cayendo entre los pinos y veo un claro en el camino y el cielo azul cubriendo mi frío.
Estoy tan llena de fantasmas que desperté otra vez en tu partida.
Hay un tumulto en la montaña, una danza ha comenzado en las alturas, crujen las hojas otoñales, y los pasos se escuchan claros.
Siento tu risa, tu voz grave, tu desdén que desciende sin importar que los pájaros caigan estremecidos.
En que te has convertido si del hombre nada queda, serás quizás un oso, un mono o un sediento animal que busca agua.
No puedo llamarte de otra manera me dejaste colgada en la palmera, alejándote reías y tu risa laceraba mis heridas.
Hoy que siento y deseo mi venganza, me sobrevuela la nostalgia aterida en mis pesares. No quiero verte convertido en un demente y huyo cayendo entre los pinos y veo un claro en el camino y el cielo azul cubriendo mi frío.
Estoy tan llena de fantasmas que desperté otra vez en tu partida.
sábado, 1 de junio de 2013
CARRUSEL DE LA POESÍA
Mi castillo de poemas revive y renueva sus letras.
Y su música se extiende en versos que fluyen sin cesar por
la pluma mágica, que al despertar con la música, habla escribiendo, y
escribiendo se hace prosa su majestad la letra.
En la noche mis sueños se entregan y dominan la deliciosa
frescura de los versos, un vidente que vagabundea en mis libros de poesía, me
habla en parábolas y la figura del crepúsculo deshace sus sueños fértiles en
pequeñas gotitas. Lleno de simpatía refleja sus dones de hombre al leer más y
más poemas. El susurro del viento veleta nos arrulla al fundirse de historias.
Sutiles ondas se mezclan en su alma que lee cada línea en la noche de luna. Hay
caminos y huellas, el intelecto indaga los secretos de cada expresión que
encuentra el músico con sus notas de
jolgorio, y tiembla su voz, y sus labios huérfanos cantan silenciosos, entre
lejanos espejismos, implorando la
libertad de su boca. Él puede surgir en conquistas, en palabras de aliento por
senda desconocidas. Como un fantasma entumecido de frío, su ego renace
insípido- lívido, y se evapora invadiendo la aurora de vientos y recuerdos. El
incesante influjo de sus ojos abrazando el capullo de su luz en los silencios,
y los ruidos más ocultos. Las melodías se escuchan atrevidas en el carrusel de
la poesía.
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