Aquella tarde primaveral te vi llegar con tu atuendo de hombre pasional, de mirarte, me enamore de tu andar, tu figura robusta, tu caminar, nadie imagina cuánto deseo despertó, tú presencia, tu estilo, tu estampa de hombre sensual. Sin razón, sin objeción, en tus brazos caí, en tu regazo como una flor me deshoje, en esos ojos negros me vi desfallecer, en tu piel canela, ardiente me cobije. La pasión desbordó liberada, y fuimos ambos fósforos en la rivera de la música. El amor junto al deseo despertó, por un sendero apasionado nos llevo. A la hora de la luna se presentó el descontrol, y entre las hojas de su luz, pintamos su belleza de ardiente fuego, naciendo en poesía... A-M-R
Ah! esa espera.
ResponderEliminarComo se anhela el amor ausente.
Excelente, amiga. Bien lo dices.
Un abrazo.
ya que te encontré nuevamente,me quedo en seguidores!!!,gracias,por comentar,muchas gracias!
ResponderEliminarbesos,amigos
lidia-la escriba
suele pasar que no salen mis nuevos post,uso mozila,no windows...entonces en google como "precisamente de lo que no se habla" allí estoy!
está tan dentro de ti, que está en todo....
ResponderEliminarSIEMPRE USTED TAN ROMÁNTICA.
ResponderEliminarUN ABRAZO