FIBRAS DE PERCAL
Fibras de percal
Mi voluntad no existe más que para amarte, complacerte y complacerme, en este letargo de las horas, que suelen ser inagotables, como nubes, como auroras, sin dejar de rodar y rodar.
Mis manos ya no son, son tus propias manos de seda esas que me acarician llenándome, de sentimientos y alborotando mi corazón, tu boca es fuego que lame mi costado, mi profundidad y saca mis debilidades a flor de piel.
Yo soy una marioneta pecadora, y tú, un abusador incandescente de placer.
Tú mi combustible, yo tú fuego, la lengua de la llama, que lame, y lame.
Y tus manos, !hay tus manos!, conjuran un deleite en la espesura de mi ser,
las mías trémulas se agitan, danzan, susurran, lloran, acarician, y en el momento final,
donde las almas, dejan de respirar, y flotan, flotan, en un torbellino sin igual,
yo me aferro a mis sabanas de seda y nogal, y dejo la huella, nuestra huella, de el éxtasis, de nuestra lujuria, de tu locura, de la mía frotando en las tibias fibras de percal.
INSUPERABLE!!!
ResponderEliminarSensual y precioso este poema. Un beso enorme. Magda
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