DESCUBRIRTE
La nube se bebía el néctar de tus ojos mientras tu sonreías, el viento al pasar descubrió ese hurto, se detuvo al instante, quería detener tus cristales de vida. El cielo encapotado disolvió su sábana un destello azulado, surgió de sus entrañas a salvar tus pestañas que el viento se llevaba. Dos fuerzas naturales encontradas en tu dulce sonrisa de plata, en tus ojos tan bello amenazados por el tiempo encubierto... Alessandrini María del Rosario