La noche mas larga de medianoche

Sobre mi piel aún corren atrevidas tus caricias, derrapan sin sostén sobre la herida abierta, castigan sin piedad, y se depositan sobre mi agonía de tiempo.  Y el placer que no decae, sino que fluye sin poder dejar de sentir tus labios en mi piel, estoy tratando de hallarte porque la soledad es tan cruel que al desfallecer se impregnan de sudor mis carnes. Tu huella es muy profunda al querer borrarla solo lastima más mi llaga ardiente, y tú estás, no te vas, me hieres sin razón, sin esperanza, voy mutilada, sin fuerzas abrazada al recuerdo palpitante de aquellos días. Voy sin rumbo, como una marioneta golpeada por el viento, sobre tus pasos desiertos que nunca más alcanzare. Voy sin más luz, que el oscuro tormento de saber que no recuerdas, ni sientes como ayer este amor, despojándome de rabia y dolor, te maldigo… con un beso, que te atravesará el corazón quedándose allí, mi huella. Tus manos ásperas, buscaran arrancarme de tu corazón salvajemente, pero el cal

Navegamos con la vela al viento, suspiros se encierran. En el viento las olas, y la sal sobre el agua. Nos mece desnudos. Tu boca me besa me aprisiona tu cuerpo de sol descubierto. En las noches el mar nos cobija, nos une no llama. Y salimos a ser plebeyos de sus melodías su luz y su canto. Te descubres infinito como el pensamiento, te admito te tomo y bebo tu aliento, la fragancia el olor de tu cuerpo. El velero nos lleva amarrados, el muelle espera una flor un esbelto varón. La sal con su ola, su arena, nos entrega con suave nostalgia amor del atardecer. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.

Hornero señor Así me llaman Los humanos Eso soy, un rey Pero no en vano. Soy un trabajador Me gusta el nido Repleto de barro Con pichones míos. No saben acaso Que me gusta el aire El agua y el monte. Que soy un orfebre De mi corta vida, y Toda la aprovecho. Sé que poco queda Y doy sin más premios Que ser carpintero De mi propia casa. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Es un juego una caricatura, es un órgano sin vida. Fue tuyo, mío de ambos, hoy es solo un símbolo mustio. ¡Te vas sin el sin mí sin tu fuerza! te vas solo... sin alma. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Te diré amigo de los silencios hablare con tu sonido, mientras las horas transcurren.. Te contare milenarias leyendas que fuimos viviendo en tiempo. Los tiempos de la juventud que rondan entre música y cantos, forastero de nuestras vivencias aunque viajes sin descanso siempre regresas al portal del ayer. No rodeas con tus memorias nos invitan con tus colores, en cada visita vivimos esos momentos, que aunque te marches forastero. Siempre estamos esperando por ti...

Fuiste el primer Amanecer, el primer sol dorado. Fuiste la madrugada de la noche de ayer, y el día que hoy me entretiene. Soy tu caída, tu posesión tu embarazo, tu error. Pero aquí, y allá... Siempre fuiste el primer desahuciado. Alessandrini María del Rosario

Transita el hombre su rutina escapándose de su mediocridad, haciéndose un poco noche saliendo de su escaparate, sintiendo el silencio latir conmovido. Transcurren días, años de esperas que se disuelven en el polvo, se disgrega su fe en un mar de dudas, no acierta a ver más allá de su entorno, no advierte la soledad rodeándolo como una cadena imperceptible. Una nube gris dispara desazón, envolviendo la claridad de andrajos, es lo que ojos y más ojos distinguen dentro del círculo donde escapar no es fácil. Allí se muerde la incredulidad y se deforma el sentir, allí se mueren las estrellas. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.