OTOÑO ( EL SEÑOR DEL PLANETA)
El árbol transpira su agonía y su delirio de soñar con esas hojas que lo visten de naturaleza, el aire lo respira al sentir la nube de dolor que emanan sus poros. Mientras los pájaros sueñan sin dormir, explotan los monstruos del lago enardecidos, al contemplar el barro ácido que se escurre junto a los peses muertos. El valle se cubrió de desolación, el río ya no aporta sus aguas cristalinas, todo es desolación, están en el ciclo más escaso. La niebla cruza abrazando los árboles secos, polvorientos. Y las hormigas escondidas en sus huecos tienen una fiesta, hay comida, bebida y nuevos nacimientos de hormiguitas. Ellas trabajaron todo el año para esta ocasión, y no asoman a la superficie, están entretenidas con los discursos de sus valientes soldados que ganaron la partida a otras hormigas negras, trayendo más comida al hogar. Abejas revolotean, pero no hay nada para hacer su preciada miel, todo es escaso. Las flores congeladas viven bajo las ramas secas y caídas. El lob