La noche mas larga de medianoche

La casa estaba silenciosa como si supiera de su mal el espejo se rompió solo al caer desde su desolación. Cuadros desteñidos, sin luz imágenes que se poblaban desde el sótano al comedor, las sillas corrían caprichosas. Las voces dispersas se unían en un solo grito de ausencia, se mecían los lirios en su jarrón, libros deshojados sin perdón. La casa estaba deshabitada los fantasmas vivían sin amor, los recuerdos fueron tónicos que bebieron juntos al morir. La casa tiene una puerta de hierro, un balcón con su perro salchichón, la abuela con su mascota soñaba lo llamaban, Arturo el santulón. Esta historia contada en versos quedo sin final, el autor no sabe o no pudo hacer que los duendes lo dejaran escribir un poco más, fue una lucha larga y violenta. De noche se siente el teclado, y al anciano escritor desordenando las migajas de su historia sin fin, lloran las campanas su despedida. El árbol mecido por el silencio rompe los cristales del salón, se

Consumido en un laberinto de vicios, enmarañado, confuso y complicado, amargado sin un cobre, sin sensatez va. Disgregado, amasijazo, entre noches oscuras, con su careta siempre puesta hasta el final, va. Que el viento lo sacuda que lo desparrame lejos, sobre la casa del grillo, cerca del rió guardián Melancolía parte sin mí, que en mi ventana hay luz, aléjate de mi entorno trepa a tu rama y quédate VoY, amanecida de risas y cantos, los jilgueros su serenata dan, las amapolas danzan solas, el trigo de oro de tu pelo quedo como un último desvelo envolviendo el cielo poeta.

Estos versos gimen silenciosos la pasión se interpone a la razón, nuestra historia de vida es fecunda, es el clamor nuestro pretexto amor. Amanecer nostálgico de caricias, la pasión transita ese camino azul donde nos sentimos diferentes, entre sueños petrificados del ayer. Son huellas que arrastra el olvido, como la lluvia lavamos nuestro ser tallando en nuestra piel ardientes besos, escapados del sometimiento erróneo. Yo se que tu serás eternamente mío, es un embrujo delatador que vive y fluye, lo que nuestro corazón aprisiona es amor, un refugio de armonía entretejido de pasión.

Agua que muerdes, solo siendo un pez veras la esencia pura, que el agua te confisca, trasparente te roba, te entrega su sustento, te descubre hombre; tienes que regresar, desnudo, al vientre del agua, que desea piel sin las vestidura sucia, dejando caer los brazos, las fechas y los nombres, almacenados en la oscuridad, apartado de tu debilidad, desaparecerás creciendo nuevamente en libertad.

Toay es una ciudad vecina, donde tengo una amiga/o, que me lee y no se identifica, como soy curiosa quiero saber. Dime si escribes o solo te gusta leer, comunícate, quiero conocer tu blog, tus gustos, me encanta la amistad; Toay es una ciudad vecina , alegre Toay es una ciudad vecina, camina, recorre la laguna Don Tomas, disfruta, quiero saber los gustos de ella o el.

Hojas secas Polvoriento viento Nos aleja Crujiendo sus quejas. Pasa el cansancio Llega la alegría Tu mi rey Yo tu diosa escondida. Miel de años cosechada Con los besos Elaborados de codicia Por este amor tan nuestro. Cielos bajos Estrellas de compañía Soles que ruedan Por caminos conocidos. Luna llena de ilusiones, De cometas, Fantasías de la vida Que revolotean. Mi lucero es capullo De mis sueños, Esta lejos regalando viajes En mis noches vago junto a él.

En la alameda hacíamos el amor bajo las estrellas, con bichitos blancos de ojos de fuego, que nos dejaban sus destellos. Rondaba la vida por esa alameda, qué noches tan bellas no se repitieron, el amor se fue y todos partieron. Llego el progreso de metal y hierro, nuestras vidas marcharon separadas por el tiempo que todo lo puede. El latir del viento trae desde muy lejos aquellos recuerdos, y nuestra alameda ya nada esconde, se fue, con nuestros pasos buscando encontrarnos en el horizonte cuando despunte la vida.