La noche mas larga de medianoche

Invisible y en silencio llega mi duende, el transita mis páginas recorre sus pasillos sus salas y vestuarios. El sabe ser el duende que magistralmente deja en cada visita su marca exquisita. Un duende majestuoso que en cada pincelada enmarca sueños y hadas. El me protege de todo me guía en la penumbra, acapara de la rosas su aroma. y las hojas doradas del roció, el reflejo del río y de la brisa, me regala el cristal del arco iris y el manantial de su sabiduría.

El tiempo pasa y nunca volverá es muy extraño sufrir el impacto parece todo lejos tan incongruente. El tiempo pasa y aún te llamo en el silencio en la ternura de mi locura. El tiempo pasa tú estas presente ya no se qué hacer si no me llamas desespero aún aún te quiero. El tiempo pasa rocas en mi jardín un puñado de rosas y un lápiz de carmín El tiempo pasa me ignoras, me matas no sé qué será de mí, si ni tu sombra vislumbro moriré de amor sin ti.

Crees que el mundo se detuvo Y así se desvaneció tu luz, tu dolor está presente tú debes evaporar tu pasado hay prisa el ayer partió la incertidumbre te posterga, hoy es tiempo para crecer para ser un hombre nuevo, ese amor amasado y macerado es solo un reflejo del pasado la luz interior de tu alma es la que iluminara tu vida, búscala esta dentro de ti esperando por tu regreso, no te quedes allí sangrando la sed de la vida brilla en ti. DEDICADO CON TODO CARIÑO.

Yo también en la mañana, camino bajo la luz que se derrama, dibujando mi vida a tu lado, haciéndome enredadera en tu costado. Luciendo sueños olvidados, antiguos, Sintiendo que el amor es más eterno, y mas libre que el olvido, en mis sueños veo, vibrante reflejos de tu sol, en cada noche. Noches pobladas de misterios profundos,arrogantes. Con agradable avidez nos desnudamos, uniendo nuestros cuerpos, nuestras almas, en una danza sin igual, de gozosa complacencia. Yo también en la mañana, suelto mi corazón abierto al viento, desbordada de emoción, y estremecida, cadenciosa y serena, inolvidable, plena, el contrapunto perfecto que nos equilibra, tu viril silueta, exquisita y sensual.

Hoy te nombre ¿será que te amo? hoy te soñé como mi hombre. Despertar así bañada en tu perfume desconsolada sin ti despertar lejos. Donde fue que te perdí ¿cuándo?, ni lo se busco en mí tu huella esta intacta, latente. Pero tu luz se apagó tu presencia es ausencia tu destino un sepulcro nada que se pueda ver. Flores secas te acarician la lluvia te refresca el cielo te acuna y el mar que te llevo, en sus olas te diseña.

La atmósfera es ligera la segadora corta el trigo, la semilla encuentra su lugar, el surco está abierto ya. Tierra fecunda entre olivos las ramas elevadas de los árboles, nos protegen del sol radiante, de su resplandor misterioso. El ruiseñor nos alegra con su canto, la madera con su melaza nos perfuma, el eco de tu vos pérdida, regresa, Confluyen la emoción y la sensibilidad, observo que estas en mi remanso, que te siento reír y llorar, junto a la tierra que nos cobija.

Una lección al condenado oleaje, tempestad y calma del no ser, al ser simple paraje desolado, herido. La casa de la luna, es rosa un hombre esta en su celda danza, como oruga indecisa en el mundo de estrellas. Olas en blanco, absurdos entre sombras y nostalgias bajo un cielo noctámbulo, dualidad, línea y tiempo. Memoria de la noche clara percibo la sensación de niña, que el tiempo fluye viejo entre calor y silencio. Verso aislado de un poeta que con su pluma refleja signo de dulces mareas iguales en la brisa celeste.