ATADURAS
Incendio en las tinieblas bajas, en el pasillo de la vida surge el fuego, donde duerme el mundo acurrucado que abandono el destino en su partida. La oscuridad no tiene manchas, es toda una olla creciente de sombras, donde la mentira tiene viaje de regreso, oscura, como la sangre vieja derramada. Las negras gotas secan la esperanza, un gran reloj marca el final de este ocaso, ningún sentido, ningún motivo para soñar, el espejo nos regresa la misma niebla. Nos atrapa sus tentáculos de guerra, sus fibras crecidas para la muerte, el fin no existe, es un brote de optimismo, un llanto irónico, un insomnio despierto.