Implacable gaviotas se deslizan sobre la superficie azul donde se fugan verdades, y duermen en pijama blanco con listas celestes y amarillas, y cuadros de flores nacionales. El tiempo se vuela de mi lazo, de mi alcoba que duerme su aurora, de la ola nacarada que surge, y se desliza por la arteria fría, de tu risa que de prisa carcajea. La noche se quiebra, y en su larga espera se descama y amontona su costra, en montañas de cascabeles y rosas. Un duende, que fugitivo te desvela despejando tu risa que se pierde en el pasillo rojo, un cascabel te retiene en su túnel. El ayer es otra película desgastada que enlaza muslos y corbatas. Se fue tu fantasma... regreso tu yo. Se rompió el candado de tu esperanza, se fugó la ilusión sin destino posible, flores de camalo tes, astillas en tu cóctel, sonrisas en tu piel, y un sabor de besos que te advierten un destino diferente. Tu sueño te mostró un fantasma, tu derrota.