Impresiona la forma vibrante y sutil de tus ojos, el magnífico colorido de tus ropas, tus alhajas brillantes en armonía, esa melancolía sensual, ingenua, arrebatadora. Luego, todo tu ropaje desaparece, mostrándote Escondida en el trinar. Tu cuerpo desnudo se perfila único sobre la gramilla que luce tu jardín, veo tu rostro nacarado, espléndido, que solo un ángel Podría igualar. Tu imagen está suspendida en un profundo sueño, en actitud graciosa te desprendes de tu mantilla, la que disimula Tu bella cabellera desordenada. Es un paisaje extraño entre muchas hojas, bajo esa la luz dorada. Se percibe tu alma, tu cuerpo, tu juventud, y evoco el momento aquel de mi despedida, cruel, triste, envuelta en el gris abandono de mi ser, no ves mi figura, solo soy un sueño que entro a tu recámara para beber el coctel De la vida. A-M-R Poema Reeditado 2011
Cómo no creer en ese alfarero que materializa aromas y paisajes. Lirico y fascinante poema. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMaría del Rosario,hay secretos que se guardan muy dentro y los demás vagan en el aire...en busca de una respuesta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que ese alfarero de sueños te ilumine querida Rosario, bello poema.
ResponderEliminarmariarosa