Cuantas horas y minutos pasan sin que pueda llegar a tu corazón, cuanta angustia y encono se factura, tanta nostalgia y olvido para qué. Donde se fue el candor de tu voz, tu andar de travieso mozo elegante, tu guante de cuero, tu lazo de piel, es que ya tus versos poéticos fugaron. No escribes mis canciones de amor, el papel se transformó es piedra, el oleaje de tu sentir es hierro candente, tu sueño se transformó en nube oscura. Donde estas que no te veo, ni te siento, el amanecer llega lentamente a mi sien, la noche dejo su huella en ella sin piedad, la luna roja se descubrió negándote. Yo aún te espero en mi cielo esmeralda, juntando jazmines para nuestra noche de pasión, soñando con el jardín donde nació el amor Este que me consume, me deleita aún sin ti. A-M-R
Cómo no creer en ese alfarero que materializa aromas y paisajes. Lirico y fascinante poema. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMaría del Rosario,hay secretos que se guardan muy dentro y los demás vagan en el aire...en busca de una respuesta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que ese alfarero de sueños te ilumine querida Rosario, bello poema.
ResponderEliminarmariarosa