El devenir de los días
Marcan aún más el silencio
Que como una flauta desnuda
Acaricia la distancia.
Hay un himno en el aire
Como gotas de rocío
Se acumula la nostalgia
Y ruedan migajas de canto.
El despertar del día
Es la música del alma
Es el vértice perfilado en sueños
Entonando una plegaria.
Pasa el tiempo
Pero la oscuridad del alma
Se profundiza
Golpeteando sin respuesta
Esa puerta cerrada
La esperanza.
Ella regresa con su luz
con su color de cielo
para mostrarnos su reflejo
que nos regala cada día
A-M-R


