DANZANDO
Silenciando la noche
un cuarto de luna suicida,
despedaza, rasgando
su túnica dorada.
Espera por su tres cuartos
faltante.
Pero no hay anuncio
que esto suceda,
ellas siguen armando
su cabellera con el fuego
soleado de aquel día.
Cuando vencida una parte
se despojó de su piel,
dejando un brillo
descompuesto y letal
a la deriva.
Su esencia fundida se prendió
nuevamente como si nada
hubiera ocurrido,
solo hay una gota de sangre
danzando en cada luna llena.
A-M-R
Una gota de sangre, el testimonio de una danza con prestigio y lustre. Un abrazo poeta
ResponderEliminarLa noche, la luna... ¡Qué escenas para la inspiración...!
ResponderEliminarUn abrazo.
Rosario, todo en la naturaleza y en el espacio nos habla, nos llama, nos advierte, nos informa...tu poema es muestra de ello. Nuestra intuición capta estas señales y trata de interpretarlas...muy bello e inspirador poema, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi ánimo.
La luna llena aviva un fuego que habita en algunos corazones... un poema lleno de magia.
ResponderEliminarHay un reflejo tuyo en el crepúsculo. Hay una fascinación tuya por la magia de la luz de la luna.
ResponderEliminar¡Hay en ti un deseo de ser luna llena en la danza de la noche que se atreve a desafiar a los dioses más profanos!
Te dejo mi abrazo.
Una mirada profunda a esa luna que siempre nos entrega imágenes sorprendentes.
ResponderEliminarUn abrazo
La luz será de la luna (mi luna, la fiel compañera del trovador!!!), pero la sangre es la del poeta, hombre o mujer (que no me sale poetísa, siempre tan cursi), querida Rosario.
ResponderEliminarMe ha gustado todo el poema, pero ese final tintado de rojo me ha encantado. Lo que es un punto final para tu poema, solo es un punto y aparte para la imaginación. Una delicia...
Y un enorme abrazo, querida amiga!!!
En cierta forma, quien no continúa bailando es porque ya lo ha perdido todo...
ResponderEliminarSaludos,
J.
A lua a convocar a dança para que o corpo se lhe entregue. Belo e intenso poema.
ResponderEliminarUma boa semana.
Um beijo.