HARAPOS DEL AYER
Una lámpara alumbra tu figura
mientras estalla en mi alma tu perfume,
destellan tus ojos al mirarme
Como fuego de tu alma que se abre.
No podrás fingir que no me ves
soy una isla, con nubes atrapada que se apaga
soy tu sol, tu nostalgia, y primavera
En estas tierras alejadas que desgarra.
Soy tu lucero atrevido y expectante,
la luciérnaga flotando entre la nada
un silencio que late, entre la flora ardiente
La locura del amor sin rascacielos.
Soy aquella que un día tú besaras
prometiendo amor y todo aquello,
la que soñó tu llamada impetuosa
La que se refugió en tu pecho amoroso.
Tu mi amor, yo tu deseada mariposa,
volando por los mares más extraños
acariciando poemas en el aire
Flotando entre nubes dormidas, y voraces…
No te inquietes que nada he de pedirte,
solo un recuerdo en mi noche de desvelo,
un latido que apague mi lamento
En este sueño que existe, entre harapos del ayer.
A-M-R
Se trata de un poema de profunda sensibilidad pero enérgico, tiene la fuerza de la naturaleza en su impetuoso desarrollo.
ResponderEliminarLa idea es absolutamente clara, un contenido que no ofrece confusiones pero, además, con metáforas muy bien puestas. Y está bien no pedir, pero que le quede claro lo que se expresa.
Un abrazo.
Serlo todo puede tener valor para quien lo es y solo un apabullamiento para quien lo recibe, nada que pedir ni siquiera el recuerdo que será inevitable. Un abrazo
ResponderEliminarProfundo poema . Me gusto mucho.
ResponderEliminarLos recuerdos muerden a veces las soledades, pero está el requicio del buen querer.
ResponderEliminarAbrazo.
La pasión poetizada con talento y gran belleza.
ResponderEliminarGracias por los buenos momentos de excelente lectura.
Que tengas un buen fin de semana, Poeta.
Mi abrazo
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Es imposible negar cuando dos miradas se cruzan y todo lo que se despierta en ese instante.
ResponderEliminarSaludos,
J.