Como una hoja voy buscando mi sentencia, y mi ayer
me planteo ser más suave y vaporosa para ver, Ese mundo que desea aplastar mi presencia por doquier. Como el sol que radiante se aproxima a lastimarme, ya lo sé… Me deslizo prontamente a soñar íntimamente tu querer Si al menos este otoño me dejara fresca y suave como ayer, Ya no quiero ser usada por el viento ni el lamento de su voz Solo espero deslizarme por la tierra que es mi madre. Y si luego ella quiere atravesarme con su cúmulo oscuro, Ya veremos cómo afloro sin sentir rabia ni encono, Es mi tiempo que se muere y no quiero ser la misma Que apretada por la jungla se murió sin ver la luz. Mi deseo más profundo es soñar mi laberinto, y Encontrar en sus paredes un espacio más candente, Que me nutra de vivencias sin atormentar mi ciencia De ese ayer que claramente despiadado me olvido. la noche me perfuma de recuerdos,
sentimientos que liberan su esencia mística,
sueños que se duermen en silencios.
Inmóvil me sacude el vendaval de tu existencia,
pero el recuerdo me consuela en la oscuridad,
la playa se llena de emociones y festejos mundanos,
reacción del momento salado que endurece su luz,
su misterio, con sus medusas e hilos de fuego girando.
Trepa la noche llegando más oscura, y lejana
más densa, se prolonga la melodía de la marea lírica.
Me llega el silbido del mar que entre sus olas
te adormece alejándote de la orilla, donde quedé sola
en el mismo punto tejido de nácar y esperanzas.
Una luz potente se enciende, y arrodillada pronuncio tu nombre,
quisiera gritar, pero el viento me aturde y se lleva
mis más íntimas ilusiones enterrándose profundamente
en la espuma blanca del mar más extraño y disperso.




