Es una mañana hermosa
y tu pasas con tu sonrisa traviesa,
me entonas un verso sutil,
que adormece mis sentidos y
despierta mi juventud dormida.
Es puro recuerdo tu poema nostálgico
todo deseo y amor,
es un bálsamo en la mañana soleada
es como trasnochar entre tus brazos,
después de tantos amaneceres sin luz.
Juntos fuimos dos almas navegando el mismo cielo
dos corazones palpitantes,
como dos gotas de agua en el desierto.
Creo recordar tanta delicia y ternura
tanto amor simple y duradero,
cómo no escucharte en esta mañana
cuando tus versos se pierden en el azul cielo,
y tu voz me abraza toda y me da calma.
Alessandrini María del Rosario
