Un regalo, un regalo del cielo
que un ángel me cedió,
fue la sorpresa más bella
que Dios me concedió.
Un poema muy puro, muy blanco
fue su luz,
que dejó en mi alma
una bella canción.
Fue un sueño esperado
un mensaje formado
con letras de amor.
Lo tengo en mi libro
abierto en mi corazón.
Allí se comporta, hay paz
lo conservo, y será para siempre
nadie puede impedirlo,
fue un regalo de Dios.
Reinar con El, implica ya no esperar que Dios calme la
tormenta, es ordenarle a la tormenta que se calma.






