desde allí se siente silenciado y fuerte,
casi en la misma orilla del amor pausado
quedo de rodillas el grito anhelado.
Surgió de la nada un extraño acuerdo,
entre la fragancia del cigarro amargo
y los versos grises que afloran recelos,
borrascas que cubren de arena el cielo.
En las sombras quedo suspendido
el viento del norte que respira bruma,
que trepa distante el vaivén, hechizado
que enciende el impulso de frágiles dudas.
Se agitan las aguas, se tornan borrosas
hay un nuevo grito profundo, estéril,
infinito y frágil en la nueva aurora,
por esos los besos nos llegan distantes.




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