
Los días pasan y tu amor corre de prisa,
tu cuerpo está en mi mente, en mi retina,
el mar me acuna todo es magia y energía,
el viento que no calla, canta en libertad.
Arde el fuego de los días pasados
de las noches tibias, que me mecen en el eco
de este espacio infinito que dejas.
Hay jazmines deshojados y viejas nostalgias,
de este adiós temprano de indiferencias.
hay aromas escondidas dentro de mi piel,
sueños, amaneceres, ruidos que se pierden
frágilmente, y que perdidos agoniza sobre la tierra.
Me quedará la lluvia huésped infinito,
que lava como al trigo su polvo, a mí… tus besos
me quedaran alegrías y penas, y el sol dormido
junto al camino del adiós, junto al reflejo,
que fue nuestro fuego… disfrazado de olvido.




