
Mi duende de colores
mi ángel del sonido,
con tú pedal entre nubes
subes en un vuelo angelical.
¡Tienes tu banjo!
Tienes un noble corazón,
recorriendo galaxias en libertad.
¡Tienes tu banjo!
Para musicalizar el tiempo
que rueda sobre tu eje multicolor,
el viento te acompaña en silencio
con su mágico susurro varonil.
¡Tienes tu banjo!
Tu cuerpo y tu ropaje lucen fuerte,
cual mariposa ebria y ardiente de placer
y te confundes, entre la maravilla celeste
mi duende, y te elevas, y te conviertes.
En un duende inmortal
¡Tienes tu banjo!
tu música es espiritual.




