El aire acaricia
tu sonrisa
mientras mi melancolía
se aleja,
se reduce la nostalgia
naciendo la alegría
incrustada en tu boca
que ríe y ríe.
Eres mi tentación,
y recorro tu alma
en mi barca soleada,
te encuentro enredado
en mi piel
desbordado de amor
y placer,
nuestros besos
estremecidos palpan
la delicia
de este amor
inefable.
Vagando entre caricias,
erotizándonos,
nuestros duendes
pasean enamorados,
vehementes,
cuidando esta pasión
alucinado de dos,
que descubrieron el camino
del amor.










