La noche mas larga de medianoche

Romántica creación en tu cuaderno de tarea, escribes versos donde florece la primavera. La luna está pintada y hay nubes somnolientas que te cantan lluvia. Todo está calculado, eres una ráfaga silenciosa que enseña y predica con sus deberes. El cauce del río sediento atraviesa tu cuaderno de punta a punta. Y tu mar está en la solapa derramando celestial belleza, hay luz en tus caminos, en tus hojas hay un sendero, en medio de tu papeleo te leo un poema de amor. Que me recuerda los años de mi primer cuaderno, que se perdió tristemente en medio del olvido juvenil. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Cada día que pasa una estrella se oscurece,   una flor desaparece con la llegada del sol   se enmudece y cristaliza el viento en la sima,   el sol canta, y su voz devora al tiempo. Cuando amanece, llega el canto del gallo   y su nidal se despierta saludando al sol.   Cuando la noche se perfila desandando   los soleados momentos de este día azul,   es que las estrellas ríen felices, el rey se durmió. Sale entonces doña luna con su voz madura   y su piel de durazno y clavel, a pasear en la línea   del tren que parte radiante de luz y belleza. Y desparrama su miel sobre todo el andén, y   se produce un murmullo arrullador, un sonido   que se nutre de amor, es la luna coqueta y audaz   que juega en la plaza, donde están los enamorados. los que sueñan despiertos, los que tienen ternura.   Los que niños aún... son rosando a ser mayor,   luego regresa a su lugar para brillar callada, sin chistar,   tiene que ser deli

Ella está cansada   de comer duraznos indigestos,   cansada de hacer fiestas locas   muy cansada…   De escuchar ruidos sin música,   de soñar con violines. Quizás podría recuperar   Aún… La cordura desquiciada del ser   que sale directo al mundo. Pero no puede hacerlo,   no puede, no, ni sabe. Son tantas amargas letanías;   en su sofá de nubes se ve…   Demasiada vacía   de besos y compañía. Tan cansada va,   que se tira de su cama   en busca de la loza oscura. Ya no quiere más de nada…   Solo descansar de su agonía,   a la orilla de su desventura,   de su crueldad para con ella. Grita y se descompone   sobre el muro helado   para calmar su locura. Quiere salir de la tempestad,   de la noche eterna que la hiere,   grita... basta, basta… No sabe escuchar su corazón   que muere solo. Alessandrini María Del Rosario