La noche mas larga de medianoche

  ¿Qué será lo dispuesto No sé qué hay en el desierto, Solo Dios lo sabe Yo espero su respuesta. Sabemos del cielo azul De estrellas armoniosas De vidas muy piadosas, Sabemos mucho, mucho más. Espero este tiempo; Me regale otro tiempo Para poder aun, estar atenta. Lo que pido es posible Ya lo sé, porque creo Que Dios me estará viendo Desde su celeste cielo. A-M-R

  En la espesura del invierno el frio es enemigo, entre cielo y tierra nada queda. Solo un puente de hierro, y un camino de tierra infinito que sopla y sopla una batalla. Es un remolino azulino que desgaja árboles y destroza, que se hunde en la neblina cuando todo termina. Aparece un ángel blanco y te mira, te cuenta cosas que no entiendes te da la mano sonriente. Cada sueño es diferente en tu viaje le dice el ángel al destino, también le pregunta si le agrada serlo. El puente se mueve diferente la calle se llena de polvillo, el destino no sabe nada, solo espera reconocer su camino. A-M-R

  El silencio en la aureola de la lengua se queda esperando una palabra, la que al llegar insinúa salir a versar, y se queda detenida sin articular ni una. Es que la nostalgia atravesó su bosque sin hallar en su tierra un lugar sano, puro para dejar su voz corretear en sus ramas, y se queda quieta dormida en la comisura de sus labios... Nada llega para calmar su sed de emociones, para sellar su tiempo. Se ha quedado entre plantas, y aves como una diosa perdida. como un ángel sin guardia, sin estrellas, sin la noche y su luna brillante. Sucumbió a su pena. Un lagarto despierta en silencio, y persigue su sombra. Una rana que salta en las piedras y surge juguetona en su entorno. Y la voz no aparece en escena, ha perdido su encanto, ha perdido su tiempo. Aunque sabe seguro, que aún, lo domina en lo oscuro, ya que brilla la luz de esperanza en su nido. Y que tiene en su vida otro seguro, que llenara de luz esa voz que no dice nada. Ese silencio atragantado entre dos mundos

  Ir más allá mirar por otra ventana respirar otro aire, consumir un estado sin huellas.  Navegar por cielos soleados, disfrutar la luz que nos viste de seres vivos. Desatar la ternura, concluir con la ira, amonestar cuando no surge esa sensación que nos eleva. No defraudar no olvidar la fe, ni perderla. Dejarse llevar sin deserciones por el planeta azul. Sin codicias, borrar la presión y los fracasos, ¡vivir hasta siempre más!… A-M-R  

  Un espejo te nombro con su voz de tiempo, en tus ojos encontró, un taller de eventos.   El espejo es mirón como lo fueron tus ojos, no te impacientes, que ahora te miro yo...   Desde un plano espejado miro tu figura aumentada, es mi recuerdo testeado por si acaso se te olvidó.   El espejo no admite rencor solo te trae una ficción, para demostrar su elección luego quiebra esa ilusión.   No te quiere atormentar solo ha querido mostrar lo que se vivió en el pasado, dejando decorar tu estado. A-M-R

  ¡Deslumbrador como un sol naciente estas en mi mente, hay un plan para los dos!. ¡Un eco que llama un temblor que florece en un mar azul, que nos seduce calladamente!. ¡Por eso te quiero con mis sueños ardientes en tu andar diferente, eres mi primavera! ¡Ese último día nos miramos sonrientes allá! lejos de todo aquello, aun la nube nos espera!. Es este sentimiento que apresura la partida se comulga de frío, tu corazón sin el mío!. ¡Y al final cuando todo despierta es mi vida un desierto es tu amor mi tormento!. ¡Nada más que callados sonidos! en un mar desolado, que abraza el pasado que ya no volverá. A-M-R

  Soy amante de la noche cuando brilla en mi coche, veo el cielo estrellado, ¡y me anima más este broche!. Si camino y te encuentro soy ligera como el viento yo te tomo de la mano, ¡y ambos cruzando nos vamos! No espero que me quieras ni que al verme me prefieras, se que un día tu te fuiste ¡en mi cama quede triste! Hoy que paso por el campo y los cardos me saludan, ¡si eres hombre tu ternura podremos usar de apertura!. En mi nido por las noches me detengo a ver el cesto donde deje tus recuerdos, ¡algunos, que no son lo nuestros!... A-M-R