La noche mas larga de medianoche

Voy entrando al bosque de mis sueños siento el aliento de su plenitud, mientras lo penetro me mareo en su profundidad. No sé aun cual es la diferencia en mi cuerpo, a mi corazón lo siento latir apresurado. La emoción me transporta al recuerdo, de niña solía recorrer un bosque fértil al pie de la montaña más ondulante que pude ver.  En mi piel las sombras se adormecen  el viento perfuma mis momentos de paz, puedo distinguir la flora, y la fauna más bella. Mi sueño de formar parte de ese momento es inigualable, me sentí reconocida por las hojas, cuando un siervo dorado me miraba sin hablar. Muchas hormigas hambrientas subían por mi remera, para poder saborear la miel que se quedó prendida mientras trataba de sortear obstáculos al andar, ojos miraban, ojeaban, me sentía vigilada. Al llegar al corazón del bosque el silencio se movía, trepaba  a mi mente, habría mis ojos atiborrado de sorpresas. Me parecía flotar en una nube mientras cabalgaba como escapando de la

Cuenta la historia de las horas, que aquel reloj fundió sus cuerdas no encontró el hombre su destino, solo sombras cayeron en su esquina. *********************************** Así corrían los tiempos imperfectos se abastecían de logros y servicios, mientras el reloj descompuesto seguía los hombres deshacían aquellas ruinas. ************************************ la razón de tanta desavenencias marcadas las faltas de los hombres sin esperanza, los cuentos que contaban nuestros abuelos… Todo se fue perdiendo, en ese reloj descompuesto luego de muchas sedientas esperanzas vanas. ******************************************** Hoy que el tiempo ha pasado dejando sus cuerdas el reloj del salón aún sigue descompuesto, los abuelos descansan cada cual en su atuendo y los hombres criaron muchos otros hombres que no supieron razonar correctamente a tiempo... Alessandrini María del Rosario

Espero desde este lado el amor adquirir otro milagro, reconciliarme con mi corazón y mis límites... Hacer un presente de ternura al amanecer deslumbrante, ondulante danzar en el verbo, de tu soledad y madurez. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Lejana melancolía que transitas muchas sendas rebuscada de ayeres. Tejiendo colores nuevos ¿en qué órbita estarás? nombrando flores y besos. Reconstruyendo quizás un soplo del continente entre tantos que se cruzan. Nadie podrá suponer que lo traes nuevamente, suspiros y evocaciones leyendas que van y vienen. Sueños que no se detienen esperanzas que no alcanzas, quedándose detenidas en el convento del tiempo. Mientras te quedas afuera descansado tu destino, las ilusionas pasadas en tu nube se han dormido. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Despliegan veleros en la brisa de luz, en cada rayo una esperanza, en cada esperanza un sueño a realizar. El mar se desnuda de sal estrellada, de luna redonda y fértil, sobre la cama de olas azuladas de vida. La vida escala los vientos inflados, los soles rozados de piel y de amor horizonte de tiempo fugaz que decae . El tiempo reluce el arte, de ser ángel hombre, mujer en los sueños perdidos variantes del mundo fluyendo sin fin...

La marea se arquea Se busca en sus algas, Transpira su sal en la orilla. Ella camina entonando una canción Descolorida y triste, No sabe distinguir las olas trasparentes. El viento transita sus orillas Deja caer su rostro de siglos, Sobre la gris melodía de ese mar gris… Ella reproduce su figura plateada Entre miles de peces iguales, Para descolgar una estrella sobre la marea. ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

Dejar hacer lo que se habla no distorsionar la lengua, sin perfumar los senderos. Mientras se pueda verter óleo sobre los nombres ya pintados existirá la pluma del poeta. Creer sin ver confiando, se puede, lo más difícil es perdonar. Si la fe existe, la confianza no se muda ni decae, se enreda en tus pupilas, se nutre en tu corazón, y engarzada a tu alma, te da vida. Te entrega emociones es su misión mas honesta, es regresar a la felicidad confiando en el presente. Caminar senderos de oro fresco, como una flor de pétalos ardientes olor de agua en el aire fresco sonrisas en las caras muertas... MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.