AQUELLA MAÑANA
La arena sepulto las horas de aquella mañana, transformo las olas en errantes látigos, esquivo la sombra de aquella figura, en medio de todo el agua corría con furia ese día. Te busque en la sombra de un navío esquivo, en la luna roja que avergonzada bebía, su sal desventura espuma dorada de mi mar salado, la furia escondida. Errante en la noche vague sin consuelo, buscando tan solo tú sombra de nuevo llorando en silencio con lágrimas rotas, entre la profunda raíz mi desvelo, te nombre callada. Mientras se escurrían las aguas más blancas, alcance a mirarte mientras me bebían tus ojos errantes... me mantuve quieta mientras trasladaban tu silueta muerta. Se detuvo el tiempo junto a mi lamento como mis latidos, la pálida noche presintió mi furia, se alojó en mi cara... tu ojos de plata, tus sueños de cielo perfumo mi alas. Alessandrini María del rosario