La noche mas larga de medianoche

Está la noche oscura y su puerta se cierra a la luz, oigo solo un sonido en la noche silente, es la voz del viento cansado de andar entre nubes. El silencio compañero inseparable se sumergió en sombras, todo el horizonte quiere despertar de su ensueño, el sol inquieto, ya no cesa con su impulso de avanzar, y prende su llama de alba, y el mundo comienza a despertar. Y me llega tu voz melancólica, suave, susurrándome... y se llena la mañana de rosas rojas, y sueños hambrientos. La música suena lejana y romántica, y tus manos me acarician, hay un despliegue de sensaciones, hay cantos y emociones. El amor, llena el espacio con su risa y es su boca que trasmite sabores e ilumina sonrisas atrevidas, armónicamente somos viva llama. El amor vuela desplegando sus alas inmortales, mientras grito tu nombre.

Llego la primavera y estoy espiritualmente feliz de sentirla Hay tanto por mirar, por reír, por amar, por cantar… Llego triunfante, plena de nuevos brotes frescos, y renacientes Y el campo brilla con colores de alegría de triunfo, de emociones Las hojas están inquietas renaciendo de sus ramas como espinas claras La vida se perfuma de belleza, de brillos entre mariposas de todos colores. La luz va creciendo con más fuerza, el viento no se detiene, fluye feliz… Hay murmullo de pájaros, de animales sueltos trotando entre los pastos frescos. Y no hay problemas de rostros parcos, de rosas secas y tristes, todo es alegría Llego la primavera y tú me esperas, y yo te quiero decir que te amo tanto. Llego fuerte, rubia, solidaria con el invierno, le deja dar pasitos antes de desaparecer. Ella es un deleite, es un regalo de la naturaleza que nos mantiene a todos juntos. Por ello, no dejemos de danzar, cantar, y vivir como esta primavera sedienta de flores y de amores juveniles... Alessandrini

Nada es igual luego de un pellisco todo se torna irreal, majestuoso al pasar su piel... Desfilan sus alas celestes recorriendo el viento azul, mientras la noche palpitante te nombra. Nada es posible después de un mordisco el silencio muere en un grito, el tiempo se escurre volátil. La tempestad se asemeja a un instante nada se parece, todo es igual al despertar porque aconteció antes del sonido, silencio a los vivos, y renació a los perdidos. Así el destino busca pasajeros, como el tiempo los va dejando en la niebla. Nada parece ser verdad cuando el sueño no existe, cuando paso repentino con un estruendo que dejo un desierto en medio del hoy...

Prisionera en la cápsula de tus luceros, en las esferas candentes me consumo. Mientras el humo se repite de volutas la realidad se parece a tu indiferencia. ¡Qué paradoja verme tan cerca! Así… frente a miles de personas que disfrutan. Las canciones repiquetean sin descanso los ojos de otros muchos brillan de sol, y mi malla amarilla no se distingue en la arena. Muchos frutos cosechan los que buscan, una cena con su amada, entre picadas y juegos. los colores desandan como hormigas, los niños se queman al sol abandonados, y todos van corriendo de la mano al fresco mar. Heladeros, salchicheros gritan sus mercaderías, y tú, sigues haciendo jueguitos al viento marino, mirándome sin verme yo te sigo deseando. Cuando al paso otros ojos me acarician, me pierdo de los tuyos e inconsciente me voy tras de la loca carrera de miradas lascivas. Ojos más ojos y corazón, y osadía, te abandono como a un niño en la carpa. luzco mi malla amarilla

En la laguna el silbido del viento se desvanece la luna cae en una fugaz noche en libre vuelo oscura noche revestida de negro canta de prisa el amor vuela asomado de dama sueño de mi hombre trepa la luna en la noche silente desgrana vida soplo más agua que la laguna mece la voz del viento extraño canto de aquel árbol tan fuerte ronroneando es primavera suspirando por vida en la laguna niebla de fuego preludia tu llegada de girasoles en el silencio mi corazón aguarda unirse en flor. María del Rosario Alessandrini.

Tú corazón es mi lumbrera eterna mi agua clara, mi amanecer tranquilo. Tú mirada entiende mis razones, por ello sé que me amas de verdad. Tú sonrisa acaricia mi existencia evapora mis nubes oscuras de pena, me detiene en un lugar seguro donde solo existes tú, amándome. Hay mil razones que me cautivan, Tú mirada tan elocuente vive en mí. Tú piel cuando en mi suspira suave, Tú boca tan elegante al besar la mía. Tú sabes comprender mi debilidad, sabes de mis deseos más profundos sabes desnudar mis sueños y ansiedades que van tatuadas en mi piel por ti amor. Vamos los dos subiendo la cuesta perfumando la senda del alma pura, destilando las horas muertas descoloridas, acariciando el tiempo del futuro juntos...

Tu corazón es mi lumbrera eterna mi agua clara, mi amanecer tranquilo. Tu mirada entiende mis razones, por ello sé que me amas de verdad. Tu sonrisa acaricia mi existencia evapora mis nubes oscuras de pena, me detiene en un lugar seguro donde solo existes tú, amándome. Hay mil razones que me cautivan, tu mirada tan elocuente vive en mí. Tu piel cuando en mi suspira suave, tu boca tan elegante al besar la mía. Tú sabes comprender mi debilidad, sabes de mis deseos más profundos sabes desnudar mis sueños y ansiedades que van tatuadas en mi piel por ti amor. Vamos los dos subiendo la cuesta perfumando la senda del alma pura, destilando las horas muertas descoloridas, acariciando el tiempo del futuro juntos...

Tu pensamiento acude alocado cuando me sientes engarzada a tu costado como tu Eva del pasado. Yo percibo tu sueño siento tus manos cálidas trémula tu alma Me acaricia fugas tu magia me invitas a soñar tus placeres en este abanico de colores donde la niebla nos dibuja coloreando la pasión que nos abraza. Cual hiedra me sujeto a tu piel a tu febril entrega; al despertar un pimpollo de rosa despliega sus pétalos sobre mi cuerpo. La brisa se contagiada de amor cómplice de él, me dejo tu mensaje del pecho me nace temblando un dulce himno al amor. Alessandrini María del Rosario