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TRUENO VIAJERO

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Nostalgias mías Seguidas de las tuyas Es un rosario gris. Va cayendo profundo En el vacío azul Marino de tus ojos. Meridiano de mi noche Reflejando mis desquicios Azul como el agua de la vertiente Florida de tus ríos mansos De tu andar de trino. Armonía de tu bandoneón Carcajada de mis noches Que desvelan mis sueños. Luz que destila amor En una canción de cuna Una oración de festejos Un rugir de mil demonios. Es la cruel campana borboteando Melodías desordenadas Por el silencio pueblerino Donde escondido Tu recuerdo acude al llamado. De las campanas descontroladas Sin dueño sin partituras Solo una blasfemia del viento Que al pasar las recorta Con su longevo trueno viajero.

PENSAMIENTOS

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Tus pensamientos revolotean mi casa y corazón, merodeas mis sentires. Aún sin saber nada el viento me recita tu nombre, Izándome en silencio cargando los sonidos dentro de mi piel. Abrigada del perfume sutil hilando ilusiones voy cruzando. esa caricia cercana como dos gotas de luz trasparente. Siento tu corazón latir emocionado y abrazados en los pensamientos nos besamos.

LA FLOR DE LA TERNURA BLANCA Y PURA

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Un hombre de sobretodo negro entro al jardín familiar, corto una rosa blanca y mirando sin ver se fue alejando calle abajo. En su solapa la pequeña rosa sufría un desvanecimiento, estaba sofocada, la tela oscura le nublaba los pétalos, y sentía en su centro de almíbar un profundo dolor. Acostumbrada a la succión de las abejas, esto se sentía terriblemente horroroso. El hombre sin saber lo que la flor sentía, seguía su andar lento y torpe, de pronto un silbido le rozó la nariz a rosita, y varios de sus hijos cayeron al piso, sentía como que la llevaban en una carretilla, el ruido de los pasos se le hacía insoportables, varias veces estuvo a punto de caer del ojal, le hubiera gustado- porque de esa manera aunque sus pétalos se marchitaran un poco con el golpe, ella huiría de allí buscando refugio en algún jardín cercano. Pero no pudo ser, sus pétalos fueron deshojándola, sentía que moriría en plena oscuridad, ella tan blanca y pura llevada así por la tragedia. Cuando solo le qu...

HAY TEQUILA EN TUS OJOS AZULES

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Un camino perdido entre juncos y caimanes, un sendero claro y bello que representaba tu lugar en el mundo. Cuando llegue desde mi casa a compartir contigo ese lugar, ni soñaba llegar sin calzado, casi desnuda arrastrándome, muerta de hambre totalmente deshidratada, y con un olor a chivo insoportable. Te vi en el relleno de tu choza con el torso desnudo, totalmente dorado por el sol, pude fijar mis ojos en los tuyos, ver tu iris crecer de deseo. Sin saber como actuar, casi arrastrándome como una víbora clame por ti nombrándote. Al escucharme viniste a mi encuentro zalamero, iracundo, me tomaste de la mano y fuiste elevándome como una bolsa de juncos secos y degradados, mi aliento flotaba en el viento casi no se podía respirar, me dijiste al oído. Amor todo lo soluciona el mar, y me arrastraste de los cabellos así a la playa, donde me tiraste a la arena. Con tu pie derecho me comenzaste a hacer rodar hasta llegar al agua, pude sentir el frio…  fue como un choque, mi piel ardía,...

OJOS VERDES

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Ojos de tuna Mirada en la laguna Horas perdidas Tu ilusión Se fue con el agua Y miraste tu sueño Pasar sin nombrarlo Ojos de tuna Sabia de juncos Tu rostro de niño Tu rostro de hombre Ojos verdes Mirada tenaz Semillas en tu mente Arrasan beldad Ojos verdes Piel de de arena Mirada de niño Ojos de tuna rostro varonil

CULPA

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Te perdí en la nada fue sin ver que existía. Te busco en el silencio que atraviesa mi alma, y ya no estas, una nube te entibio de lluvia lanzándote entre rosas y espinas, te veo en cada flor, entre sus pétalos escucho tu voz encuentro tus besos cuando te huelo. partís en cada vuelo de viento salvador, diriges tu luz a mi oscura cruz, te quiero retener entre las flores, mi jardín es tu hogar tu silencio mi culpa.

SIEMPRE EN MI CORAZÓN

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Llego el día, en tu rostro la fatiga se había instalado para llevarte al tren sin esperanzas ni fe, en tus manos aún tenias la carta más triste que alguien puede leer y agonizar después. Me viste al pasar pero no me saludaste, me sentí apenada y desorientada. Yo tenía la culpa, ese día no tendría que haberte mostrado la maldita carta de despedida. Desde el tren tus ojos fijos en los míos me hablaban de desesperación, de un final, de un adiós, intenté subirme para rescatar tu tristeza, para sacar de mi alma esa energía que te había quitado sin saber, pero el tren comenzó a avanzar, y mis pies estaban aferrados al andén. Tu última mirada fue dolorosa y cruel, caí sobre mis rodillas y así envuelta en mis cabellos dorados como el sol, pero ajado por el polvo del camino y la humillación. Así lloré por un largo e interminable tiempo. Cuando él llego para decirme que te amaba, que esa carta fue mentira, ya mis fuerzas se habían agotado, comenzó mi carrera, mi desdicha, mi dolor, la agonía p...