Tu amor me hace bien,
conjugas mis placeres, delata esta feroz esperanza de amarte, aunque esté
prohibido, siempre presente tu boca que amo, solo llamas que se elevan como un
volcán.
Solo, que se incineró
cuando te fuiste con los ángeles.
Este poema te pertenece,
cuando llegue a ti, no lo dejes solo, recuerda que ahí va mi amor.
Cerca de tu corazón
irradia todo lo que no puedo decirte frente a frente; pero vuelas mis letras,
mi latido estará presente. Seguro que las estrellas te bañaran de luz.
Entre el azul y el verde
nació perenne,
el pimpollo del arroyo,
rodando fue creciendo
delicadamente…
Lava sus pétalos,
lava sus gestos,
acariciado por las aguas.
Con rumor de cascada
danzan los párpados,
que duermen
en cada ojito de sol
arqueado por la brisa
sonámbula…
A-M-R





