QUÉ SERA MAÑANA

Frágil como el cristal
Tu boca se parte al besar…
Y entre medias partes
Destilas mieles y ababol.

Como una fina lamina
El corazón descansa,
Purgando tú causa…
Deseando con más ansias.

El colibrí tu miel succiona
Como una flor tus reaccionas,
Dejando tú aroma…
Sabor, y la coma, y más

Quieres más de todo
¡Más de mí, más de mí!,
Cómo será la noche…
Si ya oscureció de día.

Escuchamos las vías del tren
Repicar como tranvía,
Como una corneta vacía.
¡Que será mañana para los dos!
¡Hoy se queda más que ayer!

MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI

"LUNA DESNUDA"

Cuando la luna besa la tierra
las estrellas recobran fuerzas
atraviesan los cielos y nubes
desnudan a jardines oscuros.

Y la noche se puebla de colores,
hay millares de luces que sonríen
a navegantes de cielos y mares,
creciendo en sus cristales la luna

Jugando con el viento en el vació
planeando las luciérnagas vuelan,
sembrando la tierra de asteroides
con perfumes estelares a la noche.

Qué bonita esta la dama desnuda
se pasea por la bóveda sin prisa,
es la reina mas hermosa del cielo
que complace enamorados y poetas.

El silencio es mas claro y mas veloz
no despiertas ni a niños, ni ancianos
solo corre en busca de la brisa suave
que recorre pasillos invadidos de luz.

La noche entre suspiros va luciendo
ese mundo oscuro de sombras perfectas,
las figuras fantasmales no atormentan
son sirenas de mares, en aguas de luna.

Así las nubes fosforescentes se pasean
buscando entre estrellas luna nueva,
el cristal a formado un destello brillante...
a nacido una luz nueva entre ellas.


Es un poema que me inspiro mi perrita "Luna", que ya no está, y la extraño.

ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

"LA VIDA Y SU CENTRO"

No te culpes de caminar por la orilla
sin descansar sobre su centro.
No te mientas más
que es posible ser mejor,
la vida tiene mucho más
no te detengas o nada consegiras 
solo busca un tiempo, un recodo
en esa orilla solo hay tempestad.
No parlotees con el mar,
no escatimes su compañía,
ni dejes de contemplar sus olas.
Que la arena no te cubra, ni te queme al caminar,
ni se te peguen las sandalias,
por ser tan necia empecinada.
Si de verdad amas el sol,
allí la playa te lo da,
allí, en soledad nunca estarás,
veras las aves revolotear,
a los pescadores con sus metales.
Veras un barco dormido 
que no se mueve ni hace ruido,
es que espera un nuevo día, 
entre las olas, ya no hay más peces.
No te detengas en la orilla...
corre a su centro ahí, está la vida...

ALESSANDRINI MARÍA DEL ROSARIO

RADIANTES

Siento vislumbrar
En la penumbra tú figura
Tu boca de fuego
Tu sustancia que anhelo.

Llenando mi corazón de sol
De arrumacos dormidos
Tentados los dos por más
Como una sílaba sin freno.

Como un domino sin dueño
Agotados miramos el cielo
Y somos dos locos del azul
Que nos cubre de pasión.

Somos trasnochados seres
Alocados espíritus que luchan
Buscando la felicidad
Que aún nadie pudo encontrar.

En la oscuridad de la noche
Nos vemos radiantes
Como dos diamantes en crudo
Como dos amantes pasionales.


MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.

"POR SIEMPRE"

Los años van pasando como brisa mañanera, y aquel recuerdo aún se acuna en lo profundo del corazón.
La noche yacía acomodada sobre el cielo claro, coronado de estrellas, con su luna cargada de brillo; en mí recorrían mil pensamientos, momentos del ayer juntos. Mientras apresuraba mi paso luciendo en mi corazón una luz creciente que me llevaba directo a aquellos tiempos florecientes de juventud.
Aunque el tiempo tenga su propia ley, los recuerdos viven la suyos. Y una vez más me acompañaron en la travesía poblada de vida.
Hay un mundo que crece, hay un amor que fluye en los olvidos. En el albergue aquel, un castaño movía sus bellas hojas saludando al nuevo día, mientras en mis pupilas tu rostro me sonreía. Sé, que me gustaría recostarme en el tronco de ese bello árbol, justo en tus brazos como lo hacíamos cada vez que pasábamos una noche juntos; al llegar a este lugar me di cuenta lo mucho que te amaba, ¡qué te amé!, mis pasos siguieron esa senda, aún no se en que momento tu recuerdo me transformo,  la sed de ti en intensidad, que no pude resistir la tentación de vernos como antes. Calle abajo deje a mi actual pareja, ni un segundo dude cuando supe que estaría cerca de tus ojos, de tu mirada traviesa, de tus brazos que me rodeaban dejándome sin aliento.
No está bien lo que trato de hacer aunque solo sea recordarte, ¡no!, ya paso el momento, ya el fuego se extinguió, somos adultos comprometidos con la vida que creamos al dejarnos, aun así, el pensamiento me rodeo, me embarcó en un mundo de sueños, me cegó dejando que mis labios te nombraran, que mi cuerpo y corazón te desearan...
Amor, ¡qué lejos estas!, he de callar los silencios que rodean nuestras vidas, he de pedir a la tierra ardiente que nos reconozca una vez más, para apaciguar este deseo que va floreciendo en mí, sin que nada pueda hacer para despojarme de los tuyos.
El árbol se mece de emoción, y nuestras figuras apoyadas en su tronco se besan con la pasión de la juventud, ese llamado, ese amor único e inolvidable que vivirá en mí.
Abandono el lugar dejando atrás el pasado, mientras en mi corazón se renueva una y otra vez, por siempre...

Sueños lejanos
de aquel árbol tan seco
en gran silencio

Firma: María del Rosario Alessandrini

"BRAZAS ESMALTADAS"

En una sola noche te seduje
hombre con piel de cordero,
una lamina de tu piel canela
rozo mi ojos brillantes de miel.

Solo una noche, y el mundo
fue un instante de fragores,
de vientos entonados de rimel
de soledades planeando muros.

Entrecortados tiempos floreciendo
tempestades, gimiendo oscuras pasiones...

El rugue impregnado de fuego
se pego a tus cabellos negros,
ardiendo entre volcanes...
figuras negras, brazas esmaltadas.

Una sola noche de invierno, y un acuerdo
flotó, entre las llamas un nuevo averno de soledad
las luces se apagaron... en silencio.
El tiempo consumió las brazas
¡no te reconocí en la penumbra vaga!
todo paso sin amor, sin ternura, sin vocación...

Alessandrini María del Rosario

VUELO NOCTURNO

En un vuelo nocturno
un espejo nos mira,
un silencio fecundo
son los sueños perdidos.

En medio de la noche
como un volcán herido,
se partió aquel silencio
entre brumas de fuego
con hastíos de tiempos.

Un perro vagabundo
que nos muerde rabioso,
destronando la luna
que amorosa ilumina
penumbras insensibles.

El tiempo que nos grita
con nombre y apellido,
un haber que nos queda,
un beso que perfuma.

Un estar en el centro
de aquel rescate bravío,
moribundos y débiles
nos contempla algunos.

Y se marcha la espera,
llega la cruel despedida
momentos de recuerdos,
que se cambian de acera.

Quizás nunca sabremos
lo que amarnos pudimos,
quizás la luna ardiendo
en la piel y en el alma,
nos contemple en la hoguera.

Alessandrini María del Rosario